27 mayo, 2016

El mejor pastel de chocolate de Suiza y del mundo (de mi mundo al menos) - adictivo y sin harina

Ayer, por fin, hice el cambio definitivo de armario. Esto de hacerlo por etapas me agobia un poco, pero al no tener el calor de golpe y porrazo no era buena idea desterrar toda la manga larga y los calcetines más largos antes de tiempo. El entretiempo, esa quimera inexistente en Murcia! En Madrid por fin he conocido su significado real y al menos hace la vida cotidiana algo más entretenida. No saber si te vas a congelar o achicharrar aporta un toque de misterio a la hora de escoger vestuario por las mañanas. Por cierto, ¡que se nos acaba mayo! Y yo todavía sin traeros las tartas de Viena, no tengo perdón :P. A ver si este fin de semana me pongo con ello, aunque tengo mucho trabajo y sobre todo necesito estudiar, que tengo los exámenes de alemán encima y no lo llevo naaada bien. Pero antes, para ir abriendo boca, una receta de pastel de chocolate, el mejor del mundo mundial. O casi.

The best swiss chocolate cake

Vale, afirmar que una receta es la mejor del mundo es arriesgado y un clickbait básico, pero se ha convertido en mi mejor pastel de chocolate. Porque ya lo advierto: es ideal para chocoadictos, pero chocoadictos de verdad. Los que nos gusta el sabor profundo y potente a chocolate, a cacao, con una textura entre húmeda y jugosa, sin más adornos ni añadidos ni nada más. Es peligrosamente adictivo, pero mucho, y está buenísimo ya sea recién hecho y algo templado, como reposado en la nevera y fresquito. Es importantísimo usar buen chocolate de calidad, negro y con poco azúcar, ya que es el ingrediente principal y que marcará la diferencia.

Lo he horneado ya varias veces cambiando el molde, para probar las diferentes texturas según el grosor que adquiere. Esta primera versión es de unos 25 cm de diámetro, más bajito, y queda más fino y elegante. Es más fácil de cortar y comer, aunque hay que vigilar que no se pase de cocción. La segunda vez usé un molde desmontable de unos 20-21, y salió gordote, con una miga tremenda. Pero es más complicado cortarlo sin que se desmorone mucho, y, por algún motivo, en formato gordo se hace difícil parar de comerlo. En serio, es adicción pura, al menos para mí y para el elfo, lo que nos costó controlar las raciones!

The best swiss chocolate cake

En cuanto al nombre: la receta la encontré en la página de la SRF, televisión y radio suizas. En el programa plantearon a los oyentes cuál era la mejor receta de pastel de chocolate, y los sufridos periodistas probaron 5 finalistas escogidos. Al final se seleccionó una ganadora, calificándola como "la mejor de Suiza", y claro, tuve que probarla. He adaptado un poquito los ingredientes y al final me quedo con la que, para mí, es la mejor del mundo. Además de deliciosa es sencillísima, y tiene muy poquitos ingredientes: esencialmente se compone de chocolate, mantequilla (o una versión vegetal/sin lactosa), huevos y azúcar. Así que es lowcarb, y apta para celíacos al no llevar nada de gluten, pefecta para el #DíadelCelíaco que se celebra hoy :).

The best swiss chocolate cake

Receta de mi mejor pastel de chocolate del mundo mundial
Inspiración: adaptada de SRF
Ingredientes para un molde de unos 20-25 cm de diámetro*

- 280 g de chocolate negro de buena calidad
- 5 huevos L
- 100 g de azúcar, dividido en 50 g y 50 g**
- 1 buena pizca de sal
- 85 g de mantequilla sin sal
- 1/4 de esencia de vainilla

Precalentar el horno a 180ºC y engrasar bien el molde, que puede ser desmontable o no, mejor cubriendo la base con papel sulfurizado para que sea más fácil de servir después.

Derretir el chocolate troceado con la mantequilla cortada en cubos al baño maría, y dejar enfriar ligeramente. Mezclar con la vainilla y reservar.

Separar las claras de las yemas de los huevos. Batir las yemas en un recipiente grande con 50 g de azúcar, usando una batidora de varillas, hasta que dupliquen su volumen. Batir aparte las claras con la pizca de sal y el resto del azúcar, hasta montarlas.

Añadir el chocolate derretido con la mantequilla a las yemas y mezclar bien con unas varillas. Incorporar por último las claras montadas en varias tandas, mezclando con una espátula, con movimientos suaves envolventes, hasta tener una masa homogénea.

Llenar el molde, igualando la superficie, y hornear durante unos 25 minutos. Crecerá mucho por arriba pero luego se desinflará, es normal. Esperar un poco fuera del horno antes de desmoldar y dejar enfriar.

Como decía antes, se puede servir templado pero está mucho más rico reposado en frío, sobre todo ahora que ya hace más calor. Podemos decorarlo con azúcar glasé tamizado o sin nada más, añadiendo un poco de nata montada o helado con fruta fresca a la hora de servir.

* Como comento en la introducción, el diámetro del molde nos dará un pastel más finito o más gordote. En el primer caso las porciones se sirven mejor, no se desmorona tanto la miga y queda más elegante, además hay menos riesgo de no poder parar de comer. Pero conviene vigilar la cocción en cualquier caso, el interior debe quedar jugosito y no quemarse por fuera.

** También lo he hehco reduciendo el azúcar a 80 g, porque me gustan los postres menos dulces pero con mucho sabor a cacao. De todas maneras, empleando un chocolate negro de calidad con 100 g no queda empalagoso, ni mucho menos.

The best swiss chocolate cake

¡Buen fin de semana! Yo me quedo en casa que tengo muchas tareas pendientes. El elfo ya está nervioso por el partido de mañana, no le tocaron entradas para la final pero como socio sí que tiene acceso al Bernabeu para vivirla con todos los aficionados madridistas gracias al pantallón que van a instalar en el césped. Yo creo que estaré viendo alguna serie a esas horas ;).
20 mayo, 2016

Mermelada de fresas 2016 - Imprescindible en mi despensa

La idea de hoy es que esta entrada sea cortica, que tengo que salir a unos asuntos antes de dedicarme a vaguear el resto del viernes. El fin de semana ya se presenta veraniego, aunque tengo esperanzas de que aún pase alguna borrasquilla o uno de esos frentes tan majos de final de primavera. Aunque reconozco que ya tengo ganas de terminar de hacer el cambio de armario y sacar toda la ropa de verano, a pesar de que no me apetece nada empezar a enseñar mucha piel a todas horas. Y sobre el final de la primavera va la receta de hoy, que en realidad no descubre el mundo a nadie: la mermelada de fresas de cada año, imprescindible para mi despensa.

Strawberry jam

A lo tonto, sin darnos cuenta, la temporada de fresas y fresones está llegando a su fin, al menos en nuestro país. Ha empezado tan pronto que se nos olvida que todo llega a su fin, así que si os gusta de verdad esta fruta aprovechad para conseguir los últimos ejemplares sabrosos de verdad en vuestra frutería de confianza, congelad y haced conservas. Yo me di cuenta de que empezaban a desaparecer de los comercios la semana pasada y entré en modo pánico, así que me llevé una caja bien hermosa del mercadillo de los domingos y el lunes estuve bien entretenida elaborando la cosecha de mermelada de este año.

Me encanta volver a casa de mis padres y comprobar que siempre hay varios tipos de mermeladas y compotas en la nevera, más las reservas de la despensa. El lado suizo es potente en esto, pues la familia helvética siempre nos ha recibido con su despliegue de conservas de frutas lista para desayunos y almuerzos, en muchos casos caseras. Hacer mermelada y confitura en casa es algo entretenido pero tremendamente satisfactorio, nos hace apreciar mucho más las bondades de la naturaleza con sus productos y además podemos controlar el origen de la materia prima y la cantidad de azúcar. Al igual que el pan casero, todo el proceso tiene algo mágico. Si encima hemos podido cultivar o recolectar por nosotros mismos el producto ya es otro nivel.

Strawberry jam

Este año la mermelada ha salido bien espesita y cuajada gracias a que tenía azúcar gelificante 2:1, que me trajeron de Alemania. Hoy en día se puede encontrar azúcar para mermeladas más fácilmente en nuestro país, pero si no tenéis a mano no pasa nada. Yo he hecho mermelada con textura más de compota y sale deliciosa también. Podéis añadir gelatina o agar-agar si preferís una textura más... gelatinosa. No tenía ganas de complicarme y no he probado combinaciones raras, pero como sugerencias para variar la receta base os recomiendo añadir otros frutos rojos, vainilla, naranja, pimienta o cardamomo, ruibarbo, anís... Casi todo está permitido :).

Receta de mermelada de fresas o fresones
Inspiración: mi propia pasión por esta delicia
Ingredientes para una buena cantidad de tarros

- 2 kg de fresas/fresones en su punto, o ligeramente maduros de más (pesados ya preparados)
- 1 kg de azúcar gelificante o azúcar normal
- 1 limón
- pectina, gelatina o agar-agar (opcional)
- aromas añadidos al gusto (vaina de vainilla, pimienta recién molida, anís estrellado, etc)

Lavar muy bien las fresas, secarlas y cortar el rabito, además de posibles partes dañadas. Trocear en piezas no muy pequeñas y colocar en un recipiente grande. Pesarlas ya preparadas para asegurarnos de que tenemos al menos 2 kg (yo me pasé un poquito, mejor).

Rallar la piel del limón previamente lavado y mezclar. Añadir el azúcar y mezclar muy bien. Tapar con un paño limpio y dejar reposar unas horas, incluso toda la noche. Soltarán los jugos y el azúcar desaparecerá por arte de magia.

Llevar a ebullición en una olla con fondo grueso. Añadir los posibles aromas y el zumo del limón colado. Bajar el fuego y dejar cocer lentamente hasta que la fruta se deshaga y espese al gusto. Retirar la espuma y remover de vez en cuando.

Para saber la textura que tiene lo mejor es tener un platito en el congelador y añadir directamente un poquito de la mezcla. Podemos triturar las fresas un poco con una batidora si las hemos cortado demasiado gruesas y cuaja antes de que se deshagan. Pero mejor dejar trocitos enteros.

Envasar en caliente en tarros previamente lavados y esterilizados, siguiendo vuestro método preferido. Yo los tengo en el horno unos 20 minutos y los conservo en caliente, y aparte hiervo las tapas en agua. Cerrar muy bien y dejar boca abajo para que haga efecto vacío. Etiquetar y regalar, o guardar en la despensa en un lugar oscuro y seco.

Strawberry jam

Toca decir adiós a las fresas y recibir con grandes alegrías las cerezas, picotas, albaricoques, melocotones y demás maravillas veraniegas. ¡Buen fin de semana!
14 mayo, 2016

Viajando: Escapada a Viena I

Ah, Viena. Una de las capitales europeas con sabor añejo, con su glorioso pasado histórico-cultural que tanta influencia ha tenido a lo largo de los siglos. Legado del pasado de la dinastía Habsburgo, es símbolo de otra época, de los años dorados de Centroeuropa, de palacios, de nobles edificios, de artistas, de barroco desmesurado, de art decó y también de secesionismo, en muchos sentidos. También es la ciudad que hace la competencia a París con sus numerosísimas cafeterías, sus innombrables variedades de cafés y otras bebidas, y sobre todo sus maravillosos dulces y pasteles. Hoy en día Viena une tradición y vanguardia, lo antiguo y lo nuevo, el pasado de épocas más duras y el lujo más exclusivo, pero siempre con su personalidad especial.

 Wien - Viena

Wien - Viena

Visitar Viena es, sobre todo, empaparse la ciudad. Es una capital para recorrerla, para conocer sus calles, sus avenidas, sus callejones, sus palacios y palacetes, sus numerosísimos parques, museos, edificos históricos, plazas y cafés. Aunque mi lado paterno es suizo, en realidad la rama familiar pasa también por Viena por parte de mi abuelo; mi padre tiene muchos recuerdos de su juventud en la capital austríaca y por eso siempre le he tenido un cariño especial, a pesar de conocerla poco. Debía tener yo unos 12-13 años cuando pasamos una semana allí, pero por desgracia los recuerdos se diluyen un poco. Había muchas ganas de volver y reencontrarme con parte de mi pasado y con una ciudad que recibe hoy con gusto al viajero. Y se nota, es uno de los principales destinos turísticos europeos, aunque a nosotros no nos pareció muy masificado, seguramente por las fechas.

Wien - Viena

Wien - Viena

El elfo y yo hemos tenido la suerte de poder alojarnos en un apartamento de situación inmejorable, hogar prestado por enchufe familiar - de mi suegra - que nos permitía estar en 5 minutos a pie delante mismo de la catedral. Un lujo del que me aproveché bien, ya que los tres días me desperté muy temprano y aproveché para darme paseos al amanecer en pleno centro, recorriendo las principales calles que horas más tarde rebosan de turistas y locales en sus quehaceres diarios.

Wien - Viena

Antes de detallar un poco lo que vimos y lo que hicimos, quería resaltar algunos detalles:

- Me agradó mucho el estado de las calles y de los edificios, al menos de las zonas principales. Tengo la impresión de que se han restaurado y reformado hace poco, y en general el trazado urbano es amable con el peatón y da gusto patearse el centro de arriba a abajo. Pensamos en comprar la Viena Card, que te permite usar el transporte público durante 24-48-72 horas, pero al final fuimos a casi todas partes andando.

- La gente, en general, es muy amable, y en cuanto ven que eres extranjero te hablan en inglés. Eso reconozco que me fastidiaba, ¡yo quería practicar alemán!
- Hay wifi gratuito en muchísimos sitios, en puntos señalizados por la ciudad que facilita el ayuntamiento, y en prácticamente todos los locales de restauración, cafeterías, restaurantes, oficinas de turismo, grandes tiendas y museos.

- Viena, como no podía ser menos, está plagada de museos. Recomiendo elegir bien cuáles visitar, porque además muchos son muy grandes y puedes acabar saturado y agotado. Hay que sumar los palacios, otras inmensidades; si bien por fuera todos merecen la pena, entrar a recorrerlos solo lo recomiendo si realmente te interesa el tema.

- La tarta Sacher está un pelín sobrevalorada, a pesar de que la que yo probé cuando me la trajo mi suegra me gustó mucho. A veces te toca una remesa muy seca, así que no es mala idea probar otras tartas de chocolate de otras pastelerías. Hay MUCHAS, con pasteles para todos los gustos. Y por favor, el Apfelstrudel que no se le pase a nadie.

- En Viena no llueve tan a menudo como en otras ciudades europeas, pero puede soplar mucho viento.

- En casi todas partes tienen la carta de comidas y bebidas con alérgenos perfectamente indicados, y muchos ofrecen alternativas sin gluten, sin lactosa y para veganos.

Wien - Viena

Ahora sí, un pequeño resumen de nuestra breve escapada.

Llegamos muy hambrientos sobre las 13.30, dejamos las maletas y nos fuimos a conocer el barrio y a buscar comida. Comprobamos que teníamos todo el cogollo del centro al lado de casa, así que para no complicarnos entre todo el follón de turistas a esas horas de sábado, pillamos algo rápido, un helado y a pasear sin rumbo fijo. Ya daré más detalles de la comida en otro post aparte ;).

Wien - Viena

Ese día hacía hasta calorcito, lucía un sol espléndido y lo aprovechamos en recorrer todo el perímetro del centro histórico, pasando por delante de muchos edificios, monumentos, plazas y parques clave.

























10 mayo, 2016

Crema de chocolate y aguacate - Receta de postre vegano sanote y facilísimo

Se hace muy raro pensar que hace una semana estaba todavía en Viena exprimiendo al máximo las últimas horas. De hecho, a las horas a las que estoy escribiendo esta entrada, cuando todavía no han dado las 7 de la mañana, ya llevaba un buen rato despierta, entre otras cosas porque allí amanece antes. Pero no voy a adelantarme con detalles del viaje porque pienso explayarme a gusto en uno o dos posts que quiero dedicar a la capital austriaca. Solo diré que he vuelto a enamorarme de la ciudad, que ha sido agotador pero fantástico, y que he comido muchas tartas. Si echáis un ojo a mi cuenta de instagram podréis comprobarlo.

Avocado chocolate pudding

Hablando de tartas, tengo una chocolatosa brutal pendiente de compartir con vosotros, pero antes prefiero traer otro postre con cacao algo más sanote para compensar -excusas-. No quiero llamarlo light o decir que es de dieta ni nada parecido, porque no me gustan esas etiquetas y porque creo que es perfectamente válido como capricho dulce por sí mismo. Eso sí, es vegano, sin cocción y facilísimo. Además se puede tunear al gusto de muchas maneras, yo solo os propongo la base con la que jugar: crema de chocolate y aguacate.

No descubro el Nuevo Mundo a nadie con este postre porque ya hay muchas versiones por la red, sobre todo con la aguacatemanía desatada en los últimos tiempos. Creo que en España nos hemos terminado de rendir a esta fruta un poco más tarde, yo incluída, pero desde ya quiero declarar mi amor-pasión-obsesión por el aguacate. Es maravilloso. No solo es sanísimo, fuente de grasas saludables que tan bien me vienen, sino que está buenísimo y es de lo más versátil. Si os preocupa la sostenibilidad u os cuesta encontrar buenos aguacates, sabed que hace poco he podido probar los cultivados por unos emprendedores españoles que los producen en Málaga, y son buenísimos.

Avocado chocolate pudding

A veces se llama a este postre "mousse" o "pudding". La primera definición no me gusta mucho, porque creo que una mousse tiene que tener sus burbujitas. Esta crema es más bien eso, cremosa; en las fotos se percibe más suave y melosa de lo que se convierte al dejarla reposar unas horas en la nevera, cuando adquiere una consistencia mucho más firme. Podéis degustarla como más os guste, de las dos maneras es una delicia. Idea: si tenéis plátano muy maduro podéis jugar y añadirlo al aguacate, probando el sabor y la consistencia. Como digo, es una receta que se presta a muchas modificaciones.

Receta de crema de chocolate y aguacate
Inspiración: ganas de chocolate y un aguacate delicioso muy maduro
Ingredientes aproximados para unas 4 raciones

- 1 aguacate bien madurito (unos 150-180 g pelado sin hueso)
- 30 g de yogur de soja natural o equivalente
- 30-40 g de chocolate negro
- 1/2 - 1 cucharadita de cacao puro sin azúcar en polvo
- 1 pizca de café soluble descafeinado
- 1 pizquitita de sal fina
- esencia de vainilla al gusto
- leche vegetal necesaria
- opcional: azúcar, miel, sirope, edulcorante...
- coco rallado, frutos rojos, crocanti de frutos secos

Picar el chocolate negro y fundir en el microondas, a temperatura media y vigilando a intervalos cortos para que no se queme. Cortar el aguacate por la mitad, sacar el hueso y extraer toda la pulpa con una cuchara, procurando no despediciar nada. Debe estar muy cremoso.

Colocar el aguacate troceado en una picadora o procesador de alimentos. Añadir el yogur y el chocolate fundido, el cacao en polvo, la pizca de café, la pizquita de sal y un poco de esencia de vainilla (o azúcar vainillado). Empezar a triturar. Agregar leche vegetal poco a poco, triturando y mezclando hasta conseguir la textura deseada. Debe ser como de natillas, un pudding espeso, sin grumos. Probar y endulzar al gusto, añadiendo algo más de cacao en polvo si fuera necesario.

Dividir en cuencos o tarros pequeños, removiendo bien para no dejar huecos de aire. Coronar con lo que más guste; recomiendo coco rallado y algo crujiente que haga contraste, como frutos secos tostados o muesli. Además me gustan los frutos rojos como las grosellas porque añaden un toque ácido que crea un juego de sabores muy rico con la crema.

Servir a temperatura ambiente o guardar en la nevera para que se enfríe y coja consistencia; ganará también en sabor, pero hay que procurar no servirlo demasiado frío para no matar los aromas.

Avocado chocolate pudding

¿No os parece maravillosa esta primavera lluviosa? Pensad que recibiremos al verano con mejores ánimos y estará lleno de colores y plantitas cuando empiece :).
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