30 octubre, 2015

Mini cupcakes de boniato con cobertura ligera de queso para Halloween [cualquier excusa es buena]

Confesaré que me da penica despedirnos de octubre. Es un mes al que he cogido mucho cariño en los últimos años, y me gusta porque cuando comienza todavía está ese aire en el ambiente de "nuevo curso" que sigo sintiendo incluso después de haber terminado la carrera hace ya unos añitos. Por desgracia, los malditos comercios estropean todo sacando los turrones y polvorones cuando todavía ni si quiera necesitamos chaqueta para ir por la calle; cuando me encontré la torre de panettones en un supermercado antes de pasar el ecuador del mes, casi me lanzo a tirarla a patadas de la rabia que me dio. Mira, la moda de Halloween tiene al menos la ventaja de que la parafernalia de calabazas y brujas le quita un poco de sitio a la navideña.

Sweet potato cupcakes

Ya dije que tenía otra tontería horneada con la excusa de Halloween. Son mini cupcakes, pero sin muchas pretensiones decorativas. Excepcionalmente he sustituido mi querida calabaza por otra estrella del otoño, el boniato, que asado o cocido va genial también en recetas reposteras y su color anaranjado también pega con la fiesta de los Muertos. En realidad el toque halloweeniano se limita a eso y a la combinación del naranja y negro en las cápsulas y los nonpareils que coronan la ligera cobertura, porque estos pequeñuelos estaban destinados a ser nuestro desayuno y no me gustan las coberturas ni frostings empalagosos. Un toquecito es suficiente.

Sweet potato cupcakes

Mini cupcakes de boniato con cobertura ligera de queso
Autora: Liliana Fuchs
Ingredientes para unos 25-30 mini cupakes

- 185 ml de boniato cocido y escurrido
- 2 huevos L
- 130 g de azúcar moreno
- 60 ml de aceite de girasol
- 60 ml de leche de soja
- 1/2 cucharadita de esencia de vainilla
- 150 g de harina de repostería
- 50 g de harina integral
- 1 cucharadita de levadura química
- 1/2 cucharadita de bicarbonato sódico
- 1 buena pizca de sal
- 1 cucharadita de canela molida
- 1/2 cucharadita de jengibre molido
- 1/4 cucharadita de nuez moscada molida
- 200 g de queso crema de untar (sin lactosa)
- 1 sobre de azúcar vainillado
- nonpareils o sprinkles naranjas (por ser Halloween)

Precalentar el horno a 180ºC y preparar los moldes, en formato mini o usando un tamaño normal. Procurar que el boniato esté bien escurrido y hecho puré o crema, triturándolo o aplastándolo con un tenedor o pasapurés.

Batir con batidora de varillas el azúcar moreno con el aceite de girasol y el boniato. Añadir los huevos, batir un poco más y agregar la leche y la vainilla. Aparte mezclar con unas varillas las harinas con la levadura, el bicarbonato, ,la sal y las especias. Incorporar las dos masas, mezclando con las varillas mediante movimientos suaves.

Llenar 2/3 de capacidad los moldes y hornear durante unos 13-15 minutos, hasta que estén dorados y al pinchar un palillo salga limpio, Dejar enfriar completamente sobre una rejilla. Para decorar, mezclar el queso crema de untar escurrido con el azúcar vainillado, cubrir cada mini cupcake con una capa ligera y añadir nonpareils al gusto.

Sweet potato cupcakes

Mi celebración de Halloween va a consistir en pasar la tarde-noche corriendo una carrera de 6,66 km - jaja, qué originales con el número *sarcasmo* - por los alrededores del Hipódromo de la Zarzuela a las 20.00 de la noche. Me han liado para ello, yo quería quedarme en casita viendo los capítulos de Halloween de mis series favoritas. Pero al elfo le hizo gracia la sugerencia de una amiga, así que nos hemos apuntado, y me toca ir en un rato a hacer cola a por las acreditaciones y chorradas que nos vayan a regalar. La gracia del asunto es que la carrera es a oscuras por zonas extrañas que estarán salpicadas de gente disfrazada asustando a los corredores, así que veremos lo que nos espera. Que encima parece que va a llover, miedo me da todo. Para colmo, el elfo tiene una sobrecarga porque no se ha entrenado bien estos días, y no sé si me va a abandonar a mi suerte en el último momento.

En fin, espero volver entera. Pasadlo bien este fin de semana, ya sea con disfraces, calabazas, panelletes, arrope, huesos de santo, galletas o castañas. Noviembre se presenta movidito.
27 octubre, 2015

Galletas decoradas para Halloween - Receta de mi masa favorita

Estamos ya en la recta final de octubre, y ya sabéis qué significa eso: Halloween, Todos los Santos, la Navidad se aproxima peligrosamente, Winter is Coming, etc, etc. Los que me leéis desde hace tiempo sabéis que yo en realidad no celebro la Noche de Brujas, pero me fascina la parafernalia que hay alrededor. La invasión de calabazas por supuesto que me chifla, y mola mucho vaciarlas y decorarlas para verlas iluminadas con velas por la noche, aunque al final aquí se adapta la "tradición" americana un poco a nuestra bola. Básicamente, con excusas de todo tipo para salir de fiesta o montar cualquier evento en cualquier parte, disfrazar a los niños y pasar el rato con chorradas de los chinos. Bueno, y para cocinar y hornear cosicas como estas galletas decoradas.

Halloween cookies

Me gusta mucho decorar galletas, preparar paquetitos y repartirlas entre amigos y familiares, aunque soy algo torpe y necesito un fin de semana largo para dedicarlo a ello, así que lo reservo para ocasiones especiales. Halloween es estupendo porque las figuras más básicas - fantasmas, murciélagos, calabazas, gatos, esqueletos, lunas - son sencillas y requieren poco colorido. Así que este año ha vuelto a caer una remesa de galletas "terroríficas" que ya he empezado a repartir, mientras, en silencio, tengo la cabeza ya en cosas navideñas.

No pensaba subir las galletas al blog, porque sigo usando los mismos cortadores de siempre y no tienen mucho misterio, pero el elfo me sugirió que con el trabajo y cariño que le pongo se merecían salir por aquí. Que para algo es mi blog personal, y al fin y al cabo lo que más me gusta es compartir estas cositas y tener un recuerdo al que volver con el paso de los años. Uy, que me pongo nostálgica sin querer, sshhh. Bueno, aprovecho para dejar por escrito la receta que más me gusta usar para galletas de vainilla básicas, por si se me olvida la próxima vez. No sería la primera vez.

Halloween cookies

Masa para galletas decoradas con glasa
Receta adaptada a mi gusto de Postreadicción
Ingredientes para unas 30-45 galletas, dependiendo del tamaño

- 250 g de mantequilla sin sal, ablandada
- 150 g de azúcar
- 1 sobre de azúcar vainillado
- 1 pizca de sal
- 1 huevo L
- 550 g de harina
- leche necesaria

La mantequilla y el huevo tienen que estar a temperatura ambiente, pero procurando que, si hace calor, la primera no se derrita demasiado. Me gusta esta masa porque es fácil y la textura final crujiente, no arenosa. Para eso es importante que no entre aire en el proceso, como bien explican en Postreadicción.

Batir la mantequilla troceada en cubos con el azúcar y el azúcar vainillado, lo justo para que se integren, usando batidora de varillas. Añadir el huevo, y la sal, batiendo un poquito más para incorporarlo. Agregar poco a poco la harina, batiendo suavemente, hasta conseguir una masa homogénea, suave pero no seca ni pegajosa.

Dividir en dos piezas, formar discos planos y envolver en plástico film. Dejar enfriar en la nevera una o dos horas. Si se dejan más tiempo probablemente haya que esperar a que se atemperen al sacarlas o estarán muy duras.

Precalentar el horno a 180ºC y preparar bandejas. Estirar cada porción entre hojas de papel de hornear usando un rodillo regulable, con un grosor de unos 5-6 mm. Recortar las galletas, distribuir en las bandejas por tamaños, ligeramente separadas, y hornear hasta que empiecen a dorarse. Dejar enfriar sobre una rejilla y continuar hasta terminar con la masa.

Para decorarlas hago una glasa sencilla con claras de huevo pasteurizadas, un poco de cremor tártaro y azúcar glasé tamizado. Utilizo como punto de partida la proporción de 200 g de azúcar por cada clara de huevo grande, y ajusto a ojo con azúcar o agua según la consistencia.

Halloween cookies

También he aprovechado la excusa del 31 de octubre para una recetilla más - además de las que he publicado en Directo al Paladar -, que hay que aprovechar cualquier ocasión ;). Y si el elfo se recupera de su lesión, pasaremos la Noche de Muertos corriendo alrededor del Hipódromo, pero ya comentaré eso en la próxima entrada. ¡Feliz semana!
22 octubre, 2015

Bocaditos ligeros de calabaza con jengibre confitado

¿A vosotros os ha pasado alguna vez eso de ir a escribir una receta ya fotografiada - y comida - pero no recordar cómo la habéis hecho? A mí confieso que en más ocasiones de las que me gustaría. Y eso que intento por todos los medios que no me vuelva a pasar, me maldigo a mí misma cuando me ocurre y me repito que tengo que apuntar todo rápidamente. Pero claro, no aprendo. Llevo un rato enfadada conmigo misma porque por poco estos bocaditos ligeros de calabaza se quedan en el olvido. Menos mal que en esta casa también tendemos a acumular papeles y por suerte el borrador rápido y con mala letra donde apunté las cantidades de ingredientes todavía no había terminado en la basura.

Skinny pumpkin cookies


Llevamos ya unas cuantas clases de alemán y la verdad es que estoy muy contenta, Somos los mismos compañeros que aprobamos el año pasado - todos los que íbamos a clase con regularidad - más una chica nueva, pero siempre suele faltar alguien, por lo que nunca somos más de 8 alumnos. Tenemos profesora nueva, y eso que en teoría nos tocaba la alemana que ya nos metió tanta caña en Básico II. Esta vez es española, pero estamos contentísimos con ella. Habla muy bien y sobre todo es majísima, usa su propio portátil para proyectar lo que escribe y enseñarnos mucho material extra, se explica de maravilla y hace las clases muy amenas. Es lo bueno de que no tener un profesor nativo, que ha estado en tu lugar como estudiante del idioma y sabe dónde incidir, qué tiene que explicar mejor y cómo motivarnos. Al menos así deberían ser todos los profesores, los buenos. Esta lo es, por suerte. Es increíble cómo consige hacer tan amenas las clases enseñándonos tantas cosas cada día.

Lo único malo es que la semana que viene ya entraré a clase prácticamente de noche. No llevo tan mal esa oscuridad tempranera como cuando era joven - ejem -, pero es verdad que salir de casa cuando ya se ha ido es sol desmotiva un poco. Lo que tienen que hacer es dejar de cambiar la hora de una maldita vez y recuperar nuestro horario natural, pero claro, eso no ocurrirá jamás. Me da pena porque mi bario tiene unos atardeceres de otoño espectaculares, con una puesta de sol preciosa. Esa luz dorada, cálida, algo melancólica, que baña la calle cuando los últimos rayos de sol van desapareciendo... Puro otoño.

Skinny pumpkin cookies

Otoñales son también estos bocaditos, que podría haber llamado 'galletas', pero he preferido evitar el término para no llevar demasiado a error. Son ligeramente dulces pero los muy golosos se pueden llevar un chasco con ellos, ya que más bien entran en la categoría de snacks. Me pierde una buena galleta como a quien más, pero también me gustan bocados más neutros, energéticos y especiados, para picotear un poco o recargar las reservas de hidratos - ja, vaya excusa - cuando hace falta. Se pueden tunear al gusto haciéndolos más dulces, cambiando las harinas, ajustando las especias, añadiendo chips de chocolate o frutos secos... No hay reglas ;).

Bocaditos ligeros de calabaza con jengibre confitado
Autora: Liliana Fuchs
Ingredientes para unas 20-25 unidades

- 150 g de puré de calabaza (calabaza asada, triturada y escurrida)
- 40 g de panela (o azúcar integral)
- 1 huevo L
- 1 pizca de sal
- especias al gusto (canela molida, jengibre molido, nuez moscada)
- 100 g de harina de repostería
- 80 g de harina integral de centeno
- jengibre confitado picado al gusto

Precalentar el horno a 180ºC y preparar una bandeja.

Batir la panela con el huevo usando unas varillas, añadir la calabaza y batir un poco más hasta tener una mezcla homogénea. Incorporar el resto de ingredientes, con el jengibre picado al final, y mezclar todo muy bien.

Tomar porciones de masa con ayuda de una cucharilla y formar pequeñas bolas, repartiéndolas por la bandeja. No crecen prácticamente nada en el horno. Si tenéis maña o ganas podéis darle una forma más bonita, yo me limité a ir repartiendo la masa según caían de la cuchara. Si se aplastan un poco quedarán más crujientes.

Hornear unos 10-15 minutos, hasta que estén algo tostaditas y firmes al tacto. Dejar enfriar sobre una rejilla y guardar en un recipiente hermético. Mejor consumir en pocos días.

Skinny pumpkin cookies
16 octubre, 2015

Pan de trigo y centeno integral con masa madre sólida - WBD 2015

¡Feliz Día Mundial del Pan!

World Bread Day 2015 (October 16)


Me encanta este evento mundial, que coincide con el Día Mundial de la Alimentación, porque llevo participando desde su primera edición y lo he visto crecer y multiplicarse. Además fue el impulso definitivo que necesitaba para animarme a probar a elaborar pan en casa, y ahora horneo prácticamente todas las semanas. Suelo aprovechar mi masa madre, que me lleva acompañando en Madrid casi desde que me mudé aquí, aunque también pruebo recetas sólo con levadura.

Sourdough rye bread

En esta edición de 2015 aprovecho para homenajear un poco a la impulsora del evento, Zorra -laollasuiza- desde su blog en alemán Kochtopf. Buscando recetas nuevas con las que trastear, sabiendo que ella también ama como nadie el pan casero, encontré un pan del que decía ser uno de sus favoritos. Siempre busco un toque suizo en los panes que horneo porque el pan artesano que más me gusta me recuerda a todas mis visitas a la familia helvética, con esas panaderías en las que me es imposible decidir qué elegir, esos desayunos llenos de rebanadas con mermeladas caseras, las cenas con su cesto de pan al lado... Ay que me pongo nostálgica!

Sourdough rye bread

Así que, como sé que casi todos sus panes tienen un toque de ese gusto suizo, probé la receta y desde entonces la uso regularmente como base para preparar panes a mi gusto cuando no tengo demasiada masa madre lista - ya que mi otro pan favorito requiere bastante más cantidad -. La peculiaridad de este pan es que parte de una masa madre sólida que debe reposar toda la noche, con una mezcla de masa madre activa, harina de centeno y poquita agua. Se le puede añadir algo de levadura en la fase final, sobre todo si hace mucho frío o tenemos algo de prisa, pero no es necesario. ¡Al gusto!

Sourdough rye bread

Pan de trigo y centeno integral con masa madre sólida
Receta homenaje inspirada en uno de los panes favoritos de Zorra
Ingredientes para 1 buen pan

 Masa madre sólida

- 100 g de masa madre activa
- 115 g de harina integral de centeno
- 50 g de agua

Masa final

- masa madre sólida entera
- 350 g de harina de fuerza
- 150 g de harina de centeno integral
- 1 cucharada de melaza
- 10 g de sal
- 340-350 g de agua templada
- 3 g de levadura fresca (opcional)

La noche antes, mezclar la masa madre bien activa con la harina de centeno y el agua templadita. Formar una bola más bien sólida, dejar en un cuenco y tapar con film o un gorro de ducha. Envolver en un paño de cocina y dejar reposar unas 8-10horas.

Al día siguiente, deshacer la masa madre con el resto del agua tibia y la melaza. Echar la levadura también, si la usamos. Aparte mezclar las harinas con la sal y combinar con la otra preparación. Mezclar hasta incorporar, tapar y dejar reposar unos 20-30 minutos.

Amasar de seguido o en fases cortas hasta tener una masa suave, homogénea y lisa, húmeda pero no pegajosa. Formar una bola y colocar en un cuenco engrasado con aceite. Tapar y dejar levar hasta que doble su tamaño. Podemos hacer unos pliegues a mitad del proceso.

Dar forma al pan cuando haya crecido, colocar en un baneton o boca abajo sobre un paño enharinado, tapar y dejar que vuelva a crecer, durante 1 hora más o menos. Precalentar el horno a 250ºC y preparar una bandeja.

Volcar el pan con mucho cuidado, realizar unos buenos cortes en diagonal con un cuchillo de sierra y hornear durante 15 minutos. Bajar la temperatura a 200ºC y hornear 30 minutos más. Si se tostara demasiado, bajar la temperatura a 180ºC y continuar horneando hasta cumplrir unos 55-60 minutos. Dejar enfriar sobre una rejilla antes de cortar.

Sourdough rye bread

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Mis panes de ediciones anteriores:

2014 - Panecillos fáciles de quark y semillas
2013 - Pan multicereales con masa madre
2012 - Pan de avena y manzana con masa madre
2011 - Pan multisemillas con masa madre
2010 - Pan con avena
2009 - Pan rústico seis semillas
2008 - Pan de centeno y semillas
2007 - Kürbiskernbrot
2006 - Pan rústico


¡Feliz Día Mundial del Pan!1
15 octubre, 2015

Regalos gastronómicos - La auténtica Sachertorte de Viena

En la víspera del Día Mundial del Pan - cita a la que no faltaré, por supuesto -, no podía dejar de traer al blog un regalo gastronómico que ha causado sensación en esta casa, la auténtica Sachertorte del Hotel Sacher de Viena. Creo que hacía tiempo que no compartía por aquí los regalicos y souvernirs varios relacionados con la cocina y la gastronomía que suelen traerme amigos y conocidos de sus viajes, así que ya iba siendo hora de recuperar la ¿sección? Con la tarta Sacher vuelve por todo lo alto.

Sachertorte

Cuando uno es de buen comer o un cocinillas, como seguro que sois todos los que me leéis, se lo pone fácil a la familia y amigos a la hora de hacer un regalo. Los que me conocen saben que cualquier detalle culinario de cualquier lugar del mundo me hará muchísima ilusión, y mi suegra ya tomó nota de ello hace años. Ella viaja bastante, por placer cuando puede y mucho por trabajo, ya que tiene que asistir a muchas conferencias, cursos y congresos de medicina. La semana pasada voló nada menos que a Viena, y me preguntó si quería algo.

OBVIAMENTE yo quería algo xD, pero hace mucho tiempo de mi visita a la capital de Austria y no controlo tanto las cosas que se pueden comprar por allí fácilmente. Además, la pobre tenía previsto muy poco tiempo libre, y no quería agobiarla con nada. Mi padre me dijo que, además de las súper tipicorras Mozartkugeln, tienen buenos licores de frutas, así que le dije que si encontraba alguno en el mismo aeropuerto sería estupendo, o simplemente algo de chocolate negro. ¡Pero no esperaba que viniera con una auténtica Sachertorte comprada en el mismo Hotel Sacher!

Sachertorte

Sachertorte

Pues sí, me contó que al final del congreso tuvieron unas horas libres por cambios de vuelos, y que sin pensárselo ella y algunos compañeros acudieron corriendo al Hotel para hacer la correspondiente cola y poder disfrutar de una porción de tarta in situ. Y después pasaron por caja, con el detallazo de pedir una de las tartas en un tamaño ideal para el elfo y para mí. La ilusión que me hizo ver ese precioso paquete os la podéis imaginar, y ya compartí mi entusiasmo por las redes sociales :).

No pude evitar dedicarle una sesión de fotos al desembalaje y apertura de la tarta, con esa preciosa caja de madera en la que el pastel encaja milimétricamente bien, su envoltorio y su sencilla pero imponente presentación. Me sorprendió gratamente comprobar que entre los ingredientes no hay nata ni leche, sólo mantequilla en el bizcocho, así que pude comerla sin problemas :D. El aroma a chocolate que se desprende de la tarta al sacarla del papel celofán es impresionante, y fue muy duro resistir la tentación a cortar una porción al instante.

Sachertorte

El bizcocho es suave, esponjoso y nada seco o pesado, tiene una capa ligera pero jugosa de mermelada de albaricoque, que también la recubre por fuera, y una gruesa cobertura de chocolate negro con un sabor potentísimo. A pesar de que tengo el paladar ya más ajustado a las cosas menos dulzonas, no me pareció empalagosa, probablemente porque dan mucho protagonismo al auténtico sabor a cacao, y se nota. Si no eres un apasionado del chocolate, mejor elige otro dulce vienés, pero si eres chocoadicto, esta tarta es de cata obligada.

Sachertorte

Ahora tengo que conseguir organizar una escapada a Viena para volver a descubrir la grandeza de esta ciudad y disfrutar de nuevo de la tarta en el Hotel. Era demasiado joven cuando fui con mis padres y mi hermano - tenía el pelo corto estilo chico todavía!- y, aunque disfrutamos mucho, no pude sacar todo el provecho que me gustaría hoy de su arte y cultura. Habrá que volver :P.
10 octubre, 2015

Crema de champiñones y ajo negro para enfrentarse a borrascas

Interrumpimos la programación calabacil para traer un plato de cuchara calentito, ligero pero nutritivo y muy reconfortante. Estamos ya en temporada de setas silvestres pero los champiñones son un buen producto con el que se puede preparar una crema deliciosa, perfecta para los días de lluvia y fresco que nos esperan en este puente. Esta crema de champiñones y ajo negro tiene un sabor penetrante cuyos aromas inundan la cocina despertando el apetito. El ajo negro potencia muchísimo los sabores de muchos vegetales, y los hongos no son una excepción.

Mushroom cream soup with black garlic

¿Tenéis muchos planes para este fin de semana largo? Mis suegros se han ido a la playa - como tantísimos madrileños y gente de alrededores - y nosotros esperábamos a la previsión del tiempo para organizarnos estos días. Vista la cantidad de agua que nos amenaza me temo que no va a ser este el fin de semana de excursiones otoñales, habrá plan casero y salidas al cine. Hoy luce el sol, pero precisamente el elfo tiene uno de sus torneos de cosas frikis, así que yo aprovecharé para hacer cosas útiles en casa.

Mushroom cream soup with black garlic

Volviendo a la crema, a mí me gusta con su buen sabor a champiñones y con una textura, bueno, cremosa. No queda fina ni delicada pero es que no soy muy aficionada a diluir el sabor demasiado con leche, nata o lácteos sucedáneos, ni tampoco a aguarla demasiado o a pasarla por un chino. Para mí, un plato de cuchara como este tiene que alimentar cuerpo y alma, así que se tiene que sentir la textura de sus ingredientes, y ser un poco rústica. Pero eh, cada uno es libre de ajustar los ingredientes y técnicas a su gusto ;).

Mushroom cream soup with black garlic

Receta de crema de champiñones y ajo negro
Autor: Liliana Fuchs
Ingredientes para unas 4-6 raciones

- 500-600 g g de champiñones
- 1 cebolla dulce
- 1 puerro
- 2-3 dientes de ajo negro
- 1 cucharadita de comino molido
- 1 cucharadita de salsa Worcestershire
- 1 cucharadita de vinagre de Jerez o vinagre balsámico
- un chorro de vino tinto
-  caldo de verduras o agua
- tomillo fresco
- nata vegetal (de avena en este caso)
- aceite de oliva virgen extra
- pimienta negra
- sal

Lavar muy bien los champiñones, cortando un poco de la base del tallo si hiciera falta para retirar las impurezas. Trocear groseramente a cuchillo y reservar. Lavar bien los puerros, cortar en todajas y picar la cebolla dulce.

Calentar un poco de aceite de oliva en una olla o cazuela y pochar la cebolla a fuego suave con una pizca de sal. Añadir el puerro y cocinar unos 5 minutos. Incorporar los dientes de ajo negro picados, dar unas vueltas y añadir los champiñones.

Agregar el comino, la salsa Worcestershire, el vinagre y un chorro de vino. Cuando se evapore el alcohol, cubrir con caldo o agua, llevar a ebullición, bajar el fuego y dejar cocer hasta que los champiñones estén bien tiernos.

Triturar ajustando la cantidad de líquido al gusto y corregir de sal. Se puede pasar por un chino, pero a mí me gusta que quede consistente. Servir con un chorrito de nata vegeta, unas gotas de buen aceite, tomillo fresco al gusto y un golpe de pimienta negra.

Mushroom cream soup with black garlic

Si mañana no llueve a lo bestia me sentiré muy decepcionada. Espero que los señores del Tiempo no nos hayan estafado esta vez.
¡Feliz puente!
06 octubre, 2015

Tarta de queso y calabaza [viva el otoño]

Me temo que estoy metida en un agujero negro de calabacitis. En cuanto llegó oficialmente el otoño consideré que ya podía dar rienda suelta a mi pasión por la cocina con calabaza, así que aproveché para abrir una y asar tres o cuatro más - total, tenía que encender el horno -. ¡Huele taaaaan bien cuando se asan! Ya sabéis que las semillas hay que guardarlas para tostarlas también, y que para conseguir los mejores resultados en repostería merece la pena escurrir bien el agua que sueltan. Aquí publiqué un paso a paso más detallado. El caso es que preparé porciones para congelar y me quedé con una buena ración en la nevera, que he estado usando estas últimas semanas en diferentes recetas. Después de la crema catalana, esta tarta de queso y calabaza es otra de ellas.

Pumpkin cream cheese pie

Desde ayer mi cara ha cambiado un poco. Bueno, vale, mi cara exactamente no, es que tengo gafas nuevas. En aquella mala caída de Zamora se me estropearon los cristales de mis viejas gafas, así que ya tocaba renovarlas. En realidad las tenía que haber renovado hace tiempo, las pobres, pero me cuesta cambiar estas cosas - y me daba pereza ir a la óptica a elegir modelo, para qué negarlo-. Sin pensarlo mucho, porque si me detengo a probarme muchos modelos jamás conseguiría decidirme, opté por una montura diferente a mi estilo anterior pero más o menos discreto. Ahora tengo más campo de visión y me está resultando algo raro acostumbrarme, pero veo de maravilla con ellas.

Menudo invento las gafas y las lentillas, ¿verdad? Algo tan sencillo y básico en nuestra vida - al menos para los cegatos como yo - que es fácil olvidar que durante siglos la gente no tenía ninguna opción para recuperar la visión si sufría algún defecto. Y menudo problema, en ciertas épocas... Lo triste es que todavía hoy haya mucha gente en el mundo que no tiene acceso a unas gafas básicas, y es sólo otro punto más en este planeta de desigualdades.

Pumpkin cream cheese pie

La tarta de calabaza es una variante de recetas pasadas que he ido probando con los años. Yo ansiaba probar esa famosa tarta que los americanos siempre preparan en Halloween y Acción de Gracias, y descubrí que se pueden elaborar muchas variantes con la misma idea. Desde que los fabricantes se han apiadado de los intolerantes a la lactosa sacando quesos de untar que podemos comer vivo en una nube de felicidad, y es que su combinación con la calabaza asada es una auténtica delicia. La masa que he usado es una de mis preferidas para pasteles tipo pie no muy grandes, no lleva azúcar y no es necesario enfriarla ni estirarla con rodillo. Tampoco me gusta usar mucho azúcar en el relleno, creo que los protagonistas de esta tarta tienen que ser el queso, las especias y, por supuesto, la calabaza.

Pumpkin cream cheese pie

Receta de tarta de queso y calabaza
Autor: Liliana Fuchs (yo misma, ya es hora de poner mi nombre más allá de las fotos)
Ingredientes para un molde rizado de unos 20 cm

Para la masa:

- 70 mantequilla sin sal fría o equivalente vegetal/sin lactosa
- 100 g de harina de repostería
- 100 g de harina integral
- 1 pizca de sal
- 100 ml de agua fría

Colocar en un cuenco las harinas con la sal, añadir la mantequilla troceada y estrujar con las manos hasta tener una textura de migas. Agregar el agua, poco a poco por si no necesitáramos toda, y mezclar bien hasta tener una masa homogénea. Tiene que ser húmeda pero no pegajosa. Se podría dejar enfriar para estirar bien con un rodillo, pero si sois impacientes como yo, no hace falta.

Engrasar o forrar el molde y poner la masa. Cubrir la base apretando con las manos, procurando dejarla más o menos uniforme. Pinchar un poco con un tenedor y llevar a la nevera mientras elaboramos el relleno.

Pumpkin cream cheese pie

Para el relleno:

- 385 g de queso crema de untar (sin lactosa en mi caso)
- 50 azúcar moreno
- 1 huevo L
- 225 de puré de calabaza
- 1 pizquita de sal
- 1/2 cucharadita de esencia de vainilla
- 1/2 cucharadita de canela molida
- 1/4 cucharadita de jengibre molido
- 1/8 cucharadita de nuez moscada molida

Precalentar el horno a 180ºC. Escurrir bien el queso de su líquido y colocar en un cuenco grande. Añadir el azúcar moreno y batir con batidora de varillas. Agregar el huevo, batir un poco y echar la calabaza. Incorporar también la vainilla, la sal y las especias, y batir todo bien hasta tener una textura homogénea.

Llenar el molde previamente preparado con la masa, dando unos golpecitos para que salgan las burbujas a la superficie y para igualarla. Hornear sobre una rejilla durante unos 40-45 minutos, o hasta que se haya dorado al gusto por encima. Notaréis que a mí me gusta que se churrusque un poco :D. Dejar enfriar antes de cortar.

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¡Más tartas de calabaza!

2012
2009 (Con las fotos perdidas, snif...)
2008
2007 (¡La primera de mi vida!)
02 octubre, 2015

Crema catalana de otoño con calabaza

Ah, octubre, qué palabra tan bonita. Me encanta este mes, porque empieza el otoño de verdad y porque el verano ya se va quedando atrás. Además, aunque la Navidad está ya casi a la vista, todavía tenemos tiempo hasta que llegue la espiral de las fiestas - a pesar de que los comercios pronto nos sacarán de nuestra ilusión - y nos esperan unas semanas relativamente tranquilas. Poquico a poco va llegando el frío, se caen las hojas, los días son más cortos... y sólo me apetece comer calabazas, boniatos, manzanas y platos de cuchara. Sabéis que soy la loca de las calabazas y ya he repetido alguna de mis recetas favoritas, pero también me apetece probar algunas nuevas, como esta crema catalana de otoño con calabaza.

Pumpkin cème brûlée

Hacía siglos que no comía una crema catalana o crème brûlée, pero ya tenía ganas de probar a elaborarla en casa con leche sin lactosa. La versión española creo que es más ligera, muchas de las recetas francesas incorporan nata - por algo se llama "crème", digo yo -, y me parece más sencilla. Pero claro, la gracia era darle un toque otoñal, así que he incorporado un poco de calabaza y muchas especias, para traer todo el aroma de esta época. La capita de azúcar quemado por encima le da el toque final, y muchos dirán que es imprescindible, pero al elfo no le gusta nada la textura que deja en la boca y yo prefiero las cosas menos dulces, así que sólo se la incorporé a la mitad de las raciones. Que cada cual lo culmine a su gusto ;).

Pumpkin cème brûlée

Crema catalana de otoño con calabaza
Receta ideada por mí a base de leer tropecientas por la red
Ingredientes para 4-6 raciones pequeñas

- 500 ml de leche (entera, semi, desnatada, vegetal... yo usé de soja ligera)
- 1/2 vaina de vainilla
- 1/2 ramita de canela
- 1 clavo de olor
- 1 estrella de anís estrellado
- 1 pizca de nuez moscada
- 1 trocito de piel de limón
- 1 pizquita de sal
- 3 yemas de huevo L o XL (yo tenía 1 XL y 2 L)
- 75 g de azúcar
- 15 g de maizena (almidón de maíz)
- 60 ml de calabaza (lo más concentrado posible)
- azúcar extra para quemar

Poner toda menos medio vasito leche al fuego en un cazo con la vainilla, la canela, el clavo, el anís, la nuez moscada, el limón y la sal. Llevar a ebullición, retirar y colar. Dejar templar un poco. Mantener el resto de la leche bien fría.

Colocar las yemas en un cuenco con el azúcar (reservar las claras para otra preparación) y batir con unas varillas hasta formar una crema. Desleír la maizena en la leche reservada y mezclar con los huevos.

Poner en un cazo a fuego suave y calentar. Añadir la leche poco a poco removiendo con las varillas, hasta incorporarla. Cocinar a fuego medio-bajo removiendo suavemente pero sin parar con una cuchara de madera, hasta que espese. Aproximadamente tardará unos 10 minutos.

Añadir la calabaza, mezclar bien con las varillas y remover fuera del fuego. Llevar 4-6 cuencos individuales y esperar a que se enfríen antes de taparlos con plástico film o papel de aluminio. Dejar enfriar en la nevera por lo menos un par de horas.

Antes de servir, cubrir cada cuenco con azúcar y quemar usando un soplete, el gratinador del horno o un quemador de esos típicos de toda la vida.

Pumpkin cème brûlée

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Ayer tenía que ir al centro a un evento de prensa, así que aproveché para hacer varias gestiones - como tengo que coger autobús o metro para llegar al cogollo de Madrid, me da la impresión de que es una pérdida de tiempo no aprovechar el viaje para otras cosas -, y la verdad es que el día me cundió. Eso sí, por la mañana salí a correr y luego iba con prisas bajo un sol que calentaba demasiado, así que llegué agotada a casa. Llevo unos días en los que me despierto demasiado temprano y me temo que mi cuerpo terminó por decir 'basta'. En cuanto se fue el sol me pedía ya cama, así que me acosté tempranísimo... Me he vuelto a despertar pronto - las 6 am suele ser mi tope -, pero he dormido de un tirón y hoy estoy hasta más animada y contenta. ¡A veces todo lo que necesitamos es dormir un poco más! Menos mal que cada vez son más cortos los días, ahora a la vejez le veo el lado positivo a tener menos horas de sol ;).

¡Buen fin de semana!

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