31 enero, 2012

Bizcocho de cítricos

El elfo y yo vivimos en un apartamento pequeñito pero que me encanta desde la primera vez que atravesé el umbral, y es que el espacio está muy bien distribuido. Me di cuenta cuando buscábamos piso en alquiler que no importan tanto los metros cuadrados sino cómo se organizaba el espacio y el número de habitaciones. Siendo más pequeño que otros que visitamos, resulta mucho más acogedor; es diáfano, apostando por un gran espacio central comunitario en lugar de compartimentar en muchas estancias diminutas que terminan siendo agobiantes. Y otra cuestión que me parece primordial es la presencia de luz natural, ventanas amplias abiertas al horizonte, que aumentan la sensación de amplitud espacial. Si nuestra casa fuera el doble de grande pero tuviera una sola ventana enana que diera a un patio interior o un callejón de mala muerte, me resultaría mucho más difícil vivir. Como en tantas cosas de la vida, el tamaño en sí no es tan importante :P.

Aunque el tamaño del pan que está levando a mi lado (bien tapadito) sí que me preocupa ahora mismo! He partido de una receta que dividía la masa en dos, pero como sólo tengo un baneton grande la he dejado completa, y ahora que ha empezado a crecer me asusta lo que pueda salir de ahí... Bueno, si al salir del horno sale un buen pan, lo veréis pronto por aquí :-).


Bizcocho de cítricos


Hoy volvemos a lo dulce para despedirnos de enero. Estamos a mitad del invierno y ya se ven por los mercados frutas más de primavera o verano (¡cerezas y melocotones vi el otro día!) pero me parece algo absurdo, pudiendo aprovechar los productos tan buenos que nos regala esta estación. Una de las frutas estrella son sin duda los cítricos, limones, naranjas y mandarinas, que tan buenos recuerdos me traen de mi Murcia y del huerto de mi abuelo.

Bizcocho de cítricos

Aprovechando el molde que me hizo llegar Lékué de su nueva colección de números, hornené la semana pasada un bizcocho lleno de aromas cítricos que nos alegró los desayunos unos días (pocos, por desgracia). La calidad de los productos de esta marca es de sobra conocida por todos, hornean muy bien y se desmoldan de maravilla. Me gustó que me tocara el número 8 porque es de mis favoritos, además tan simétrico, tan bonito... Conseguí lo que buscaba en este bizcocho; al ser poca masa y extenderse por todo el molde, queda planito, proporcionando una miga interior suave y esponjosa, con una fina corteza exterior bien dorada y con un puntito crujiente; como le gusta al elfo :-).

- 250 ml de queso fresco batido desnatado (se puede sustituir por yogur natural cremoso)
- 2 huevos L
- 50 gr de mantequilla derretida
- 130 gr de azúcar
- 30 ml de zumo de limón
- 60 ml de zumo de naranja
- ralladura de 1 mandarina
- 230 gr de harina
- 1 y 1/2 cucharaditas de levadura
- 1/2 cucharadita de bicarbonato
- 1/4 cucharadita de sal

Precalentar el horno a 190ºC; engrasar ligeramente el molde de silicona si se usa por primera vez y disponerlo sobre una bandeja de horno.

En un recipiente amplio, batir un poco los huevos a mano con una varillas; añadir el queso fresco, la mantequilla y el azúcar y batir todo junto. Incorporar los zumos y la ralladura de lima. Tamizar encima la harina con la levadura, el bicarbonato y la sal, mezclando todo con suavidad hasta que no queden grumos secos. Repartir con cuidado sobre el molde, igualando la superficie para que quede homogéneo. Hornear a media altura bajando la temperatura a 180ºC durante unos 40 minutos, hasta que se haya dorado bien y al pincharlo con un palillo éste salga limpio.

Esperar unos 5-10 minutos fuera del horno antes de desmoldar y dejar enfriar totalmente sobre una rejilla. Servir espolvoreado con azúcar glas.

Bizcocho de cítricos
29 enero, 2012

Hamburguesas de quinoa, lentejas y soja

Me gustan los domingos por la mañana, creo que desde siempre. Y no porque sea festivo y pueda dormir más ya que me levanto temprano por gusto y por costumbre. Ahora en Madrid suelo ir con mi suegra a primera hora al mercadillo (es curioso, en mi casa en Murcia siempre le llamamos "mercado", aquí al parecer todo el mundo le pone  el "-illo", ¿también en el resto del país?); en Murcia daba un paseo con mi padre para tomar café y quizá ver alguna exposición; y en el campo (cuando éramos pequeños mi hermano y yo siempre íbamos al campo los fines de semana), se llenaba de más gente para comidas familiares.
Pero terminada la comida el domingo deja de gustarme. Quizá me recuerda a la época escolar y lo mucho que odiaba los lunes, pero el caso es que me entra una apatía tremenda, se me quitan las ganas de hacer nada de provecho, y suele ser el momento de la semana que mi mente elige para ponerse en plan nostálgico. Por eso intento combatir ese hastío encendiendo el horno para preparar algo dulce, así que será mejor que vaya pensando en algo para hornear esta tarde-noche que además se nos ha acabado el último bizcocho...

 Hamburguesas de quinoa, lentejas y soja

Sé que hay mucha gente que el concepto "hamburguesa vegetariana/vegana" le hace fruncir el ceño. A los apasionados de las hamburguesas porque les hace añorar la carne, y a otros porque tratar de "camuflar" productos vegetales con formas "cárnicas" no les convence. Yo hace años que dejé de consumir hamburguesas "normales" porque cada vez me gusta menos comer animales terrestres, y no las hecho de menos. Me encanta disfrutar de un buen plato de cuchara o una ensalada de legumbres, pero también me gusta jugar un poco y prepararlas de formas diferentes. Puede ser un buen modo de conseguir que los niños (y no tan niños) que rechazan las legumbres se las coman sin quejarse, aunque no me convence del todo eso de esconder ingredientes. Pero lo importante aquí es que tenemos una forma diferente de consumir proteínas vegetales, que se pueden condimentar al gusto y servir como más apetezca: con salsa de tomate, de yogur, gratinadas con queso, dentro de pan de hamburguesa, con ensalada... Y se congelan de maravilla! :)

- 1/2 taza de quinoa (100 gr)
- 1/2 taza de lentejas rojas o lentejas sin piel (115 gr)
- 1/4 taza de soja texturizada fina (25 gr)
- 1 litro de agua o caldo de verduras
- 1 hoja de laurel
- 1 cucharada de levadura en copos
- 1 cucharadita de sal fina
- 1 cucharadita de ajo granulado
- 1 cucharadita de comino molido
- 1/4 cucharadita de pimienta negra molida
- 1/2 cucharadita de pimentón dulce
- 1 cucharadita de tomillo seco
- 1 cucharadita de mostaza de Dijon
- 1 cucharadita de perejil picado seco
- 1/2 cucharadita de cilantro molido seco
- 2 cucharadas de maizena
- pan rallado

Cubrir la soja con agua y dejar rehidratar durante media hora. Enjuagar y escurrir las lentejas con la quinoa varias veces. Poner en una cazuela con el litro de agua o caldo y cocer ambos durante 25-30 minutos, hasta que esté bien blando y no quede casi líquido. Escurrir y dejar enfriar un poco. Escurrir también la soja, presionando con un paño o papel de cocina para que pierda todo el líquido posible.

Hamburguesas de quinoa, lentejas y soja

En un recipiente mediano, poner la mezcla de quinoa y lentejas con la soja; añadir la levadura, la sal y todas las especias; mezclar bien. Añadir la maizena y trabajar hasta conseguir una masa homogénea y lo suficientemente compacta como para darles forma. Con ayuda de un molde de hamburguesas, o con las manos, formar las hamburguesas del tamaño deseado. Pasar con cuidado por pan rallado e ir reservándolas. Calentar aceite en una sartén y freírlas hasta que estén bien doradas  por ambos lados. Dejar escurrir el aceite sobrante sobre papel de cocina y servir al gusto.

También se pueden hacer al horno, a temperatura fuerte hasta que se hayan dorado (dar la vuelta a cada pieza para que se horneen por igual por ambas caras).

Hamburguesas de quinoa, lentejas y soja

Como sólo somos dos, sobraron unas cuantas unidades. Lo que hice con ellas fue prehornearlas, una vez pasadas por pan rallado, para que se cocieran sólo un poco. Una vez frías, las envolví individualmente en papel film y las congelé. Para consumirlas basta con pasarlas unos minutos por aceite por cada lado, y quedan igual de ricas que recién hechas.
27 enero, 2012

Pan de trigo y centeno con masa madre

¡Viernes otra vez! ¿Muchos planes para el último fin de semana de enero? Nosotros esperamos poder ir al cine hoy y tener mañana un sábado familiar, nada especial, pero tampoco necesitamos mucho más. Eso sí, a abrigarse bien que parece que vienen días fríos de verdad, y ya era hora. La familia del elfo tenía planeado ir la semana pasada a esquiar, como casi todos los años, y por falta de nieve cambiaron los planes para ir a la playa al menos para disfrutar del buen tiempo. Ojalá este invierno cálido nos traiga un verano más fresco (me gusta soñar).

Pan de masa madre

No hice una lista de propósitos de Año Nuevo como tal, pero sí que me propuse hornear más pan este 2012. Los fines de semana son ideales para ello, cuando tenemos más tiempo para estar en casa y así no agobiarnos demasiado con levados y reposos. Al regresar de Murcia hice revisión de la despensa para ver qué harinas tenía todavía dando vueltas, y así aprovechar para amasar alguna cosa. Con un poco de miedo, desperté a mi masa madre, que la tenía dormitando en la nevera desde antes de Navidad, y ella, muy agradecida por el nuevo alimento, a los pocos días estaba bien activa y lista para ponerse a trabajar. Acaba de cumplir un añito y cada vez me regala panes más ricos; ¡animáos a cultivar vuestro propio fermento! Yo seguí la guía de Ibán Yarza, sencilla y muy efectiva, pero podéis encontrar otras recetas para tener vuestra propia masa madre. La de Dan Lepard por ejemplo sé que da muy buenos resultados también, y de hecho, seguí sus indicaciones de su receta de Pan de Molino para el primer pan de este año.

Básicamente, se trata de hacer varios amasados y reposos cortos antes de la fermentación larga. Si se tiene tiempo para organizarse, es una método fantástico para dominar la masa y conseguir un pan excepcional.

Receta casada en el Pan de Molino de Hecho a Mano de Dan Lepard


- 250 gr de masa madre bien activa (en mi caso, alimentada con harina integral)
- 275 ml de agua templada
- 300 gr de harina de trigo de fuerza
- 100 gr de harina de trigo integral
- 100 gr de harina de centeno
- 1 cucharada colmada de melaza o miel oscura
- 8 gr de sal fina del Himalaya (o cualquier sal normal)
- un puñado de semillas de lino

 Mezclar en un recipiente la masa madre con el agua. Incorporar las harinas, la sal, la melaza y las semillas, mezclando bien hasta conseguir una textura homogénea, pegajosa. Engrasar con aceite la superficie de trabajo y las manos, y amasar con energía uno o dos minutos. Formar una bola, tapar con film o un paño húmedo y esperar 10 minutos. Preparar un cuenco amplio con un poco de aceite.
Amasar durante 10- 15 segundos, formar una bola y colocar en el cuenco, dándole vueltas para que se engrase; tapar con film y dejar reposar otros 10 minutos.


Pan de masa madre


Repetir este amasado corto, dejando a continuación tiempos de reposo de 30 minutos, 1 hora, y otra 1 hora. Tras esta última fermentación, amasar de nuevo 10-15 segundos, formar una bola (la masa estará mucho más manejable que al principio), tapar y dejar reposar 10 minutos. Preparar un baneton o una bandeja forrada con un paño limpio bien enharinado. Dar la forma deseada al pan (en mi caso, de bâtard, aunque me falta práctica) y dejar fermentar sobre el baneton o la bandeja con el paño. Tapar con film o con otro paño y dejar fermentar hasta que aumenten un 50% su tamaño. 

Pan de masa madre

Precalentar el horno a máxima temperatura con un recipiente con agua. Enharinar una bandeja con harina o semolina, volcar sobre ella la pieza de pan con cuidado. Practicar dos o tres cortes diagonales sobre la superficie del pan, con cuidado de no manipularlo mucho, e introducir en el horno, sacando el recipiente que teníamos con agua; bajar la temperatura a 220ºC. Vaporizar con agua el pan y las paredes del horno regularmente durante los primeros 15 minutos. Si el pan se dora demasiado, bajar la temperatura a 200ºC. Continuar horneando durante unos 50-70 minutos; la base debe sonar a hueco. Dejar enfriar sobre una rejilla antes de cortar en rebanadas.
24 enero, 2012

Bizcocho de naranja con arándanos rojos

Necesito que acabe enero ya. Creo que es de mis meses menos favoritos del año. Es cierto que su primera semana transcurre en Navidad, pero al mirar el calendario y ver ese "1" en la cifra de los meses sabes que las fiestas tienen los días contados, y le siguen semanas de reajustes, regresos a las rutinas y las noticias se llenan, otra vez, de cosas que me dan mucha pereza: rebajas, cuesta de enero, dietas, buenos propósitos, subidas de precios, exámenes... Quizá también me gusta poco enero porque aún tengo el recuerdo de los exámanes de cuando estaba todavía en la universidad, aunque ahora hasta echo de menos esa época, cuando sólo tenía que centrarme en estudiar y el negro panorama laboral todavía me esperaba en la distancia.

Hay algo que sí me gusta de estas fechas, los numerosos certámenes de premios de cine que no dejan de sucederse entre enero y febrero. El valor real que tienen es muy relativo y siempre discutible, pero me gusta que por unos días todo el mundo hable de cine, leer críticas de todo tipo, debatir sobre injusticias y premios merecidos, criticar los modelitos de la alfombra roja (o del color que sea)... Y es la excusa perfecta para empaparse de películas. Últimamente las series de televisión han relegado al cine a un segundo plato en mi tiempo de ocio, y como propósito de año nuevo tengo la intención de recuperar un poco mi pasión cinéfila. Acudir a las salas tanto como el bolsillo me lo permita, pero también disfrutar de visionados en casa; ¡especialmente ahora que tenemos televisión nueva! Se ven con detalle hasta los puntos negros de los poros de la cara de los actores... a lo mejor la alta definición ya se está pasado con tanta calidad, quita un poco de la "magia" del cine :P.

Orange cranberry bread

Tengo un par de recetas horneadas a principios de diciembre que todavía no han salido a la luz porque la Navidad y su vorágine las obligaron a esperar. No me gustaría que ser perdieran, sobre todo porque me gustaron mucho, así que hoy traigo la primera. Me gusta mucho el sabor que aporta a la repostería la naranja fresca, y su combinación con arándanos rojos o cranberries siempre es ganadora. Con glaseado sencillo o sin él, resulta un bocado delicioso en cualquier momento del día.

Receta ligeramente modificada de Wild Yeast

- 140 gr de panela (o azúcar moreno)
- 170 gr de harina integral
- 135 gr de harina de repostería
- 1/2 cucharadita de bicarbonato sódico
- 1 y 3/4 cucharaditas de levadura química
- 1/2 cucharadita de sal
- 30 gr de mantequilla derretida
- 1 huevo L
- 200 gr de zumo de naranja recién exprimido
- la ralladura de media naranja
- 100-150 gr de arándanos rojos (al gusto)
- azúcar glas y un poco de zumo de naranja, para glasear

Precalentar el horno a 180ºC y preparar un molde rectangular.

Mezclar en un recipiente grande la panela con las harinas, el bicarbonato, la levadura y la sal. En otro cuenco, batir un poco a mano la mantequilla con el huevo, la ralladura y el zumo de naranja. Formar un hueco en los ingredientes secos y verter la segunda mezcla. Incorporar todo con una espátula o lengüeta, con movimientos suaves, hasta que quede homogéneo. Añadir los arándanos y distribuirlos bien. 

Verter en el molde, igualando la superficie. Hornear sobre rejilla a media altura durante unos 50-55 minutos, hasta que esté dorado y al pincharlo en el centro con una brocheta o palillo salga limpio. Esperar unos minutos, demoldar y dejar enfriar totalmente sobre una rejilla.

Una vez frío, se puede glasear con una mezcla de azúcar glas tamizado con un poco de zumo de naranja.

Orange cranberry bread
21 enero, 2012

Pollo guisado con berenjena - Inaugurando la cocotte

¡Hola papá! No te olvides de darle la merienda al gato!

Sabía que mi padre entraba a mi blog a leerme de vez en cuando, pero no caí en la cuenta de que desde que ya no vivo allí probablemente lee todo lo que publico hasta el otro día. Estuve un buen rato hablando con mi madre por teléfono, contándole todo lo que había dado de sí el fin de semana pasado, pero me olvidé de mencionarle un detallito de nada... los últimos regalos de Reyes. Y es que entre comentar las películas, series, el teatro, el reencuentro con la familia política, las novedades que había por Murcia... ¡me olvidé! Sabía que me dejaba algo, pero no caí en el momento... Siempre me pasa lo mismo en nuestras habituales charlas telefónicas; nos liamos a hablar de muchos temas y al colgar me doy cuenta de que la mitad de cosas que le quería comentar se me habían olvidado. El caso es que al día siguiente fue ella la que me llamó la atención sobre la cocotte, el delantal y las trufas: "¡Tu padre me enseñó lo que te han regalado a través de tu blog!" Ups! :-).

 Cocotte de pollo y berenjena con cous-cous

Así que hoy le dedico esta entrada y esta receta a mis queridos padres, por ningún motivo en especial, ya que siempre se lo merecerían. Me resulta extraño ahora tener presente que mis desvaríos los va a leer mi padre desde su oficina (en realidad nunca pienso en que me puede leer mucha gente, conocida o desconocida); es que nunca comenta, es un espía silencioso! Sé que no se lleva muy bien con la web 2.0, pero un saludito alguna vez no vendría mal (indirecta-directa). Y mi madre, a ver si tiene tiempo y se anima a manejarse ella misma con el ordenador, que es su gran propósito de todos los años.

Esta es la receta que tuvo el honor de inaugurar mi preciosa cocotte. Leí y releí bien las instrucciones y consejos de uso, la limpié bien como se indica, y tiré de nevera para ver qué podía cocinar. Hacía frío; quería que fuera un plato completo con buena salsa o caldo y que pudiera dejarlo haciendo chup-chup tranquilamente mientras salía a correr.
Una bonita bereneja rallada me recordó una combinación de sabores que probé hace tiempo, y me puse manos la obra.

Cocotte de pollo y berenjena

Para dos personas:

- 4 contramuslos de pollo sin piel
- 1 puerro pequeño
- 1 cebolla dulce
- 1 diente de ajo
- 1 berejena no muy grande
- 1/2 vaso de vino blanco
- caldo de pollo o verduras
- 2 hojas de laurel (1, si es grande)
- 1 cucharadita de comino molido
- 1 cucharadita de perejil seco
- 1 cucharada de tomillo seco
- 1 pizquita de canela molida
- sal y pimienta negra
- aceite de oliva virgen extra

Limpiar los contramuslos del exceso de grasa que puedan tener. Picamos la cebolla y el ajo; pelamos un poco la berenjena y la troceamos en cubos de tamaño medio (yo piqué la mitad más pequeñitos para que una parte quedara deshecha en la salsa, y la otra mitad más grandes para que aguantaran enteros).

Poner a calentar la cocotte o cazuela con un fondo de aceite de oliva; añadir el pollo y dorar bien unos minutos por cada lado. Retirar y reservar.
En el mismo aceite, pochar la cebolla y el diente de ajo picados, hasta que estén transparentes. Incorporar la berenjena, subir el fuego y regar con el vino blanco. Dar unas vueltas hasta que la berenjena comience a coger color, añadir entonces el pollo y condimentar con las especias. Cubrir con el caldo (o agua, en su defecto), esperar a que casi empiece a hervir, bajar la temperatura y tapar. Dejar cocinar a fuego muy lento como mínimo 45 minutos, pero si es más de una hora mucho mejor. Vigilar la cantidad de líquido de vez en cuando, y remover con suavidad para asegurar que no se seque el fondo. Cuanto más tiempo cueza, la berenjena se irá deshaciendo y fundiéndose con la salsa, que resultará muy aromática. Quitar la tapa en los últimos minutos de cocción hasta conseguir el punto de espesor deseado. Servir con cous-cous, u otro grano al gusto.

Cocotte de pollo y berenjena con cous-cous

19 enero, 2012

Muffins de centeno con calabaza

Cuando salimos del teatro el domingo por la noche (fuimos a ver Elling, por cierto, gracias a unas invitaciones que gané en un sorteo, nos gustó mucho) se notaba la gran bajada de temperaturas, y el lunes tuvimos un día muy gris, lluvioso y con viento frío. Pero esa mañana quería salir a correr, así que aproveché en un momento en que parecía que no caía agua para bajar... claro que, cómo no, a los diez minutos empezó a mojarse el suelo. Menos mal que Papá Noel (también conocido como mamá) me trajo un chubasquero estupendo especial para corredores, y menos mal que me lo puse de forma preventiva. Fue la primera vez que corría bajo el agua y me encantó la experiencia, porque una vez entras en calor la sensación de dar caña al sistema cardiovascular cuando hace mucho frío es muy satisfactoria. ¡Aunque hay que tener cuidado con los resbalones en el suelo mojado, que alguna vez estuve a punto de caer de culo!

Pumpkin rye muffins

Por la tarde el tiempo empeoró así que me quedé en casa y... claro, había que hornear algo. Como tenía calabaza recién asada del día antes, y no teníamos nada especial para animarnos los desayunos estos días fríos, cayeron unos muffins, que hacía demasiado tiempo desde la última vez. 
Con muy poquita grasa, su buena cantidad de fibra y la adecuada proporción de especias, son unos muffins relativamente saludables, ideales para cargar las pilas por la mañana. Sé que muchos andáis peleando con dietas, pero yo tengo la teoría de que ninguna dieta será un éxito si no incluye algún dulce casero de vez en cuando ;). ¡Y hay que desayunar bien!

Receta basada en esta de Chef in You

- 1 taza (350) gr de puré de calabaza
-  3/4 taza (220 gr) de queso fresco batido desnatado
- 3 claras de huevo grandes
- 1 taza (40 gr) de salvado de trigo
- 75 gr de azúcar moreno
- 1/3 taza (80) ml de miel
- 155 gr de harina de centeno
- 1 cucharada de mantequilla o margarina sin lactosa
- 2 cucharaditas de levadura química
- 1/2 cucharadita de bicarbonato sódico
- 1/2 cucharadita de sal
- 1 cucharadita de canela molida
- 1 cucharadita de jengibre molido
- 1/4 cucharadita de allspice (o nuez moscada)
- 1/8 cucharadita de clavo molido
- azúcar extra para espolvorear (opcional)

Pumpkin rye muffins

Batir con unas varillas a mano el puré de calabaza con el queso fresco, la mantequilla, las claras, el salvado, el azúcar y la miel, hasta conseguir una mezcla homogénea. En un recipiente aparte, más pequeño, mezclar la harina con la levadura, el bicarbonato, la sal y las especias. Incorporar a la primera preparación y mezclar con suavidad, con movimientos envolventes, hasta que no queden grumos secos. Repartir en los moldes, espolvorear con azúcar moreno por encima (opcional) y hornear durante unos 20-25 minutos, hasta que se hayan dorado bien y al pinchar uno con un palillo éste salga limpio. Esperar unos minutos fuera del horno; desmoldar y dejar enfriar totalmente sobre una rejilla antes de guardarlos en recipiente hermético.

Pumpkin rye muffins
15 enero, 2012

Los últimos regalos de Reyes

¡Bienvenida, borrasca! Tal y como suponía, un par de semanas después de Navidad tocaba que llegara de verdad el frío. Y yo encantada; quiero dar buen uso a mi colección de jerséis, guantes y bufandas, preparar muchos platos de cuchara y disfrutar de la combinación sofá-manta-taza humeante. También tengo esperanzas de ver nieve de verdad este año en Madrid... ¿Recordáis la gran nevada de hace un par de años? El Retiro estaba precioso bajo su manto blanco... Yo estaba en Murcia entonces, y casualmente a mi padre le tocó pisando suelo madrileño por una reunión de trabajo; qué enivida me dio! :P

Ayer me reencontré con la familia política después de las fiestas, y me esperaban más regalos en casa de mis suegros. No me acostumbro a que los Reyes se acuerden de mí dejando cositas en diferentes casas! Y como me conocen bien, están relacionados con la cocina, así que los presento por aquí :).

Trufas Sprüngli

Esta caja de trufas de chocolate fue un detallito que mi suegra nos coló en una bolsa de ropa limpia sin avisar. Le regalan a menudo bombones y chocolates, así que para no tener que lidiar con ellos en plena fase dieta-post-navidad, nos los cuela con alevosía... Aunque yo no me quejo :P. Encima son trufas de la maravillosa casa suiza Sprüngli, cuyos preciososo escaparates en Zürich me hicieron babear durante la escapada de diciembre.

Trufas Sprüngli

Son trufas Gran Cru, realizadas con chocolates gourmet de Madagascar, Venezuela, Ecuador y República Dominicana. He aguantado sin hincarles el diente por el momento... aunque no sé todavía cómo :P.


Trufas Sprüngli

Este precioso delantal es un regalo de los primos del elfo. Él viaja mucho por trabajo por todo el globo, y me trajo esta obra de arte de Corea. De seda, con bordados en colores vivos, suave... ¡imposible ponérselo para cocinar!

Delantal coreano de seda

Y como colofón, mi suegra me pasó un paquete que sospechosamente pesaba mucho... ¡una cocotte de hierro fundido esmaltado de Le Creuset! Llevaba años suspirando por tener una, envidiando los maravillosos platos que preparáis los que ya disfrutáis de una de estas piezas en vuestras cocinas. De tamaño medio, más que suficiente para el elfo y para mí (y nuestro pequeño apartamento), color Terre Naturelle... preciosa.

Cocotte de Le Creuset

Me muero de ganas de empezar a experimentar con ella; no podía llegar en mejor momento climático :). Espero poder enseñaros pronto algunos platos preparados en ella!


Cocotte de Le Creuset

Ahora voy a vestirme y abrigarme bien, que hoy es domingo y toca ir a comprar fruta y verdura al mercadillo. Hoy el elfo y yo comemos por el centro, aprovechando otro regalo de una comida para dos personas, y por la tarde al teatro. ¡Que no se me olviden los guantes!

Feliz domingo y mejor inicio de semana :).
12 enero, 2012

Operación Lebkuchen V: Läckerli I

Madrid me recibió con una tarde soleada y fría, y es que después de la Navidad anticiclónica en Murcia, con temperaturas de más de 20ºC, me ha chocado un poco volver al frío. ¡Pero me gusta! Pasear abrigadita sintiendo el frío en la cara pero con el sol sobre la cabeza es una de mis sensaciones favoritas; el frío con lluvia/viento/nieve mejor vivirlo tras una ventana calentita :P.

El lunes, al llegar a casa, me agobié un poco bastante. Me esperaban algunos regalitos que los Reyes me dejaron aquí, tenía la maleta a tope, el apartamento desorganizado, decoración navideña que quitar, y todo con un nudo en la garganta contra el que intenté luchar sin demasiado éxito. Qué absurdo es el ser humano con sus emociones si lo pienso... Recuerdo la primera vez que vine a Madrid a casa del elfo, con llorera antes, durante y después de la despedida en la estación. Volver a Murcia era una experiencia amarga, y ahora ocurre al contrario. Aunque la verdad es que por otro lado, estas idas y venidas me hacen valorar mucho más cada momento que paso con la gente que quiero :-).

Leckerli v.1

Después de esta reflexión improvisada (me he puesto a escribir sin saber qué iba a salir de las teclas), nueva receta. Y ya pido disculpas porque es dulce, y encima con aire navideño. Lo advertí en la otra entrada, voy a hacer un poquito de trampa mientras dure el invierno... Sigo en mi "investigación" sobre recetas de Lebkuchen y es que había tanto que hornear y tanto dulce durante las fiestas, que ha sido imposible ceñirme a fechas navideñas para esta operación. Además, yo creo que las preparaciones de pan de especias, en todas sus variantes, no deberían limitarse a la Navidad. Los aromas especiados, la miel, los frutos secos... son sabores geniales para el invierno, que no acaba más que empezar. Y tras esta excusa, la versión de hoy :P.
Típica caja de Käckerli Huss, a la venta por todas partes.
Quiero centrarme ahora en recetas de Basler Läckerli,/Leckerli uno de los productos navideños estrella en Suiza, consumido en realidad todo el año, que de hecho nosotros compramos siempre que vamos en verano. Se trata de una galleta/bizcocho rectangular, tierna, con una textura y un sabor muy típicos. La receta original es de Basilea y data del siglo XV; hoy los más famosos los comercializa Läckerli-Huus, toda una institución. El problema es que yo he recopilado varias recetas diferentes, parecidas pero cada una con algo distinto. Conseguir el mismo resultado que Huus será imposible, pero quiero dar con la recreación casera más excacta para poder pasarlo a mi recetario navideño habitual. Hoy empiezo con una versión encontrada en un libro de dulces navideños alemanes que compré en Suiza el pasado diciembre.

Receta ligeramente modificada de Weihnachts-bäckerei
  
-170 gr de miel clara
- 140 gr de azúcar
- 1 cucharada de agua
- 280 gr de harina de trigo
- 10 gr de mezcla de especias
- 75 gr de naranja confitada, picada
- 100 gr de almendra cruda, picada
- 1/2 cucharadita de bicarbonato de amonio
- 1/4 cucharadita de bicarbonato de sodio
- 2 cucharadas de leche
- 2 cucharadas de clara de huevo ligeramente batidas


Glaseado:


- 250 gr de azúcar
- 100 ml de agua
- 1 cucharada de azúcar vainillado

Precalentar el horno a 180ºC y preparar una bandeja.

Poner en una cazuela la miel con el azúcar y el agua, calentando a fuego medio y removiendo hasta que el azúcar se haya disuelto (que no llegue a hervir). Dejar enfriar un poco hasta que quede a temperatura ambiente. Añadir la harina y las especias, y mezclar bien hasta obtener una masa homogénea. Incorporar la naranja confitada y la almendra.
Disolver el bicarbonato de sodio en la leche y el bicarbonato de amonio en las claras de huevo; añadir cada mezcla a la masa, mezclando un poco antes de incorporar la segunda. Amasar bien todo hasta conseguir una textura homogénea y suave.

Leckerli v.1

Estirar sobre una superficie limpia hasta dejar un grosor de entre 6-10 mm. Colocar sobre la bandeja, pinchar un poco con un tenedor y hornear a media altura durante unos 20 minutos.

Mientras tanto, calentar en un cazo el agua con el azúcar hasta que se disuelva (si se tiene un termómetro, hasta que alcance 105ºC). Añadir el azúcar vainillado y mezclar bien. Pintar la superficie del dulce recién sacado del horno, cuando aún esté caliente. Dejar enfriar y que solidifique el glaseado. Cortar con un buen cuchillo de sierra en pequeños rectángulos y guardar en un recipiente hermético. 

Veredicto: textura similar, aunque faltan matices de sabor del Läckerli suizo, pero son una delicia muy recomendable igualmente. Están más buenos con el paso de los días, si es que el olor que deja en la cocina te deja evitar caer en la tentación de probarlo antes ;-).
09 enero, 2012

Viajando: Diciembre en Suiza II

Primer lunes después de Navidad, ahora parece que sí que sí volvemos a la rutina poco a poco. Que nos haya pillado un fin de semana justo después de Reyes creo que ha sido positivo, al menos así hemos tenido un poco de margen para ir despidiéndonos de las Fiestas.
Tenía pensado publicar esta entrada ayer, o dejarla programada para esta mañana, pero en cuanto oscureció se apoderó de mi la apatía típica de domingo, unida a la tristeza de la despedida navideña y de mi regreso hoy a Madrid. Me he propuesto ser muy positiva este año y espero cumplirlo, y aunque cuando en unas horas me despida de mis padres y suba al tren me permito ponerme un poco ñoña, me obligaré a bajar del vagón con una gran sonrisa y muchas ganas de encarar este nuevo año.

Finalizo las entradas navideñas (aunque habrá próximamente algunas recetas con las que voy a hacer un poco de trampa...) con la segunda parte de la escapada a Suiza. No tengo mucho tiempo para escribir mis típicas parrafadas así que voy a dejar que las fotografías casi hablen por sí solas, y son al fin y al cabo lo más interesante.

My grandmother's house

Después de aquel día en que hizo un temporal de frío, viento, lluvia y nieve, amaneció un precioso cielo azul soleado y una atmósfera clara totalmente en calma. ¡Qué casualidad! Justo el día que íbamos a pasar en familia con las primas de mi padre, su tío y sus sobrinos. Pero antes de partir me di un paseo matutino por los alrededores de casa de mi abuelastra, un día tan bonito no se podía desperdiciar.


Christmas trees

Un pequeño vivero con abetos navideños esperando su gran momento semanas antes de Nochebuena.

Christmas detail

Callejeando por los pequeños pueblos de alrededor, en cada casa encontraba un detallito de decoración navideña, muchos originales y otros tan simpáticos como este.

Apple tart

El último día Ruth preparó tartas saladas con queso suizo, similares a la quiche, pero como mi intolerancia a la lactosa me impedía disfrutar de ellas, relleno una de las masas con manzanas locales y esa fue mi cena :D.

Cake

Deliciosa tarta que trajo Cris, una de las primas de mi padre, para el café del encuentro familiar.

Y el viernes partimos de nuevo en dirección a Basilea; esa noche la pasaríamos en casa de mis tíos. Después de una visita a la tienda del equipo de fútbol, FC Basel para comprar una camiseta para mi hermano, fuimos en tranvía a la ciudad. El mercadillo navideño de Basilea es uno de los más recomendables, lleno de puestos con decoraciones de Navidad, figuritas, regalos artesanales de muchos tipos, y mucha comida también. Ese día volvió a hacer frío y terminó lloviendo, así que otra taza de Glühwein era más que recomendable :P.

Christmas in Basel

Dulces variados, mucho Lebkuchen de distintas formas.

Christmas ornaments in Basel

Los adornos del árbol que os enseñé salieron casi todos de esta tienda, llenísima de cientos y cientos de objetos decorativos de muchísimos tipos; ¡decidirse por qué comprar fue muy complicado!

Christmas ornaments in Basel


Christmas ornaments in Basel

Típicos Cascanueces.

Christmas ornaments in Basel


Christmas ornaments in Basel

Christmas ornaments in Basel

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Tejados del mercadillo, también decorados con figuras y otros bonitos adornos.

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Figuras adorables.

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Más mercadillo en la plaza de la catedral.

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Artesanos trabajando distintos materiales.

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Puesto de Berliner Pfannkuchen, un dulce parecido al donut (sin agujero y relleno) peligrosamente delicioso.


Cuando la lluvia apretó, entramos a visitar el Puppenhausmuseum, que está muy cerca del mercadillo, un museo de juguetes antiguos totalmente recomendable. Tiene una colección enorme de ositos de peluche y juguetes variados de épocas pasadas, y una sección de maquetas sencillamente adorable. A los más pequeños les gustará visitarlo, pero los más mayores disfrutan mucho más :-).

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Y después a casa de mis tíos, a pelearnos con las maletas y a disfrutar de una larga y abundante cena.

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Volviendo a ver las fotos y recordando esos intensos días me entra un poquito de nostalgia, pero sobre todo doy gracias por haber podido cumplir por fin uno de mis sueños de visitar Suiza en esa época, y haber disfrutado de la familia a quien vemos con poca frecuencia en un entorno navideño tan bonito. Espero poder repetir la experiencia antes de que pase demasiado tiempo.

¡Nos leemos desde Madrid!
06 enero, 2012

El Roscón hace menos amargo el adiós a la Navidad

Pues se nos va un año más, adiós a la Navidad... Tras la Noche de Reyes toca poner fin (¡al fin! dirán muchos) a las Fiestas de este año, y yo sólo espero que lo hayáis pasado lo mejor posible y como más os guste. En mi casa nunca hemos sido muy de Reyes Magos, siempre caían los regalos grandes el día 24, por la herencia suiza, claro. En mi imaginario infantil tenía una figura mezcla de Papá Noel con San Nicolás, que nos dejaba regalos en Nochebuena, y que siempre me resultaba más atractivo con su trineo, sus renos, su risa bonachona, su llegada temprana... que esos extraños señores que iban a adorar a un niño, y encima el último día de vacaciones. Pero la verdad es que recuerdo aún con ilusión la emoción de esa noche, del no tener sueño, de los nervios al despertar y ver aparecer mágicamente algunos regalos. Y aunque ya no tuviera días de fiesta por delante para disfrutar de los juguetes, era un bonito colofón a las fiestas :-). Como también lo es el Roscón de Reyes!

Roscones de reyes


Hoy he madrugado para terminar los roscones y me ha invadido una cierta melancolía por esa magia perdida, pensando en tantas casas que estarían rebosantes de niños corriendo y abriendo regalos. Menos mal que mi querida masa se había portado y me recibió llena de vida esta mañana; sólo el olor de amasar el roscón ya reconforta, ¡y no digamos hornearlo! Además, había un regalito con mi nombre bajo el árbol, totalmente inesperado, traído por sus Majestades de parte de mi hermano. Un regalo que acertaba de lleno conmigo, de hecho demasiado porque ya lo tenía! Pero no hay problema, los Reyes son listos y guardan los tiques por si acaso :P, Además, el regalo en sí mismo no es lo importante :).

Estoy encantada de haber visto estos días tantos roscones por la red, tantas recetas, tantas versiones cada una con su toque particular, y sobre todo tantas ganas y entusiasmo por querer hacer el roscón casero en tantos hogares. Muchos ya lleváis años amasando, otros se han estrenado este año; yo me alegro de que cada vez más gente se anime a iniciar una tradición que sin duda es la mejor manera de terminar las fiestas.

Yo he vuelto a mi receta de siempre, que nunca me falla y que me da suficiente masa como para hacer un roscón hermoso y uno o dos más pequeños para regalar. Pero esta vez he querido probar a modificar un par de cositas, básicamente reducir la cantidad de levadura para aumentar el tiempo de fermentación y conseguir un levado más largo. El objetivo: poder hornear los roscones el día 6 para tomarlos recién hechos, y conseguir una masa más tierna y con mejor aguante.
Al final de la entrada encontraréis la receta con sus modificaciones. Pero antes, algunas imágenes de estos días navideños que se nos acaban.

Portal de belén de los Montañeros en la Cresta del Gallo

La subida a la Cresta del Gallo con mi padre para ver el pequeño pero encantador belén del Club Montañero es toda una tradición que no tenía pensado romper este año :-). Además hemos tenido una Navidad de tiempo espléndido, quizá demasiado, con temperaturas muy altas por el día y un sol precioso prácticamente cada jornada.

El Valle y Carrascoy desde el Relojero

Aprovechando tan buen tiempo, mi padre y yo conseguimos convencer a mi madre para hacer una excusión de algo más de dos horas en el mismo entorno, llegando hasta el Relojero, donde se sitúan las características antenas de la fotografia. Es un recorrido muy recomendable, tranquilo, agradable, sencillito, y con unas vistas fantásticas una vez arriba.

El Valle y Carrascoy desde el Relojero

El Valle y Carrascoy desde el Relojero

Antes de empezar la X San Silvestre Murcia 2011

Aquí estoy yo lista para correr la San Silvestre (no os riáis mucho... :P). Lo sé, podría haberme quitado las gafas... pero es que daba mucho el sol, y había muchísima gente y me daba vergüenza posar, jajaja. Fue una gran experiencia, lo mejor el buen ambiente entre los participantes y las ganas de pasarlo bien. Se apuntó muchísima gente, lo que complicó un poco la salida y la llegada en cuanto a la organización, pero estuvo bien. Lo malo es el calorazo que hacía, no calculé bien y sufrí la falta de hidratación hacia el final. Me falta experiencia! Espero repetir el año próximo.

Dreaming - Mi gato durmiendo

Mi gato dejándome la cama calentita antes de acostarme. Cuando me marcho, mi madre cubre la colcha con una manta vieja porque la llena de pelos, así que ahora aprovecha para ponerse bien cómodo. También le gusta usar la almohada.


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Aquí está la receta de los roscones, la misma que uso desde aquel lejano ensayo de 2006, repetida en 2007, 2008, 2009, 2010 y 2011. Normalmente me ponía manos a la masa la tarde-noche del día 5, para hornearlos a última hora y tenerlos listos para desayunar el 6. Pero este año he querido empezar a preparar la masa el 5, dejándola reposar toda la noche, hornearlos a media mañana y tener roscón recién hecho para el café después de comer. Todo salió según lo planeado y creo que es el mejor roscón de los que he hecho hasta ahora ^_^.

- 650 gr de harina de fuerza (de base, es probable necesitar algo más a la hora de amasar)
- 250 ml de leche tibia (sin lactosa en mi caso)
- 20 gr de levadura fresca
- 120 gr de azúcar
- 115 gr de mantequilla sin sal, en pomada
- 2 huevos y 1 yema tamaño L
- 10 g de sal
- 2 y 1/2 cucharadas de agua de azahar
- 2 ó 3 cucharadas de ron
- piel rallada de 1 limón grande y 1 naranja, bien lavados antes

- 1 huevo batido
- frutas escarchadas al gusto (traídas de Casablanca por mi padre, deliciosas)
- azúcar humedecido con unas gotas de agua
- figuritas horneables

Masa madre o esponja:

Poner en un cuenco 150 gr de la harina previamente pesada. Formar un hueco y añadir la mitad de la leche con cuidado; desmigar encima 5 gr de la levadura. Mezclar bien hasta conseguir una masa homogénea. Tapar con film y dejar reposar unas 2-3 horas, hasta que fermente (se nota al coger un poco con una cuchara, además habrán aparecido cientos de burbujitas por abajo).

Roscón de Reyes 2012

Masa final:

En un recipiente grande, mezclar el resto de la harina con el azúcar y la sal. Formar un hueco y añadir la leche, los huevos ligeramente batidos, el resto de levadura desmenuzada, el azahar y el ron. Rallar encima la piel de los cítricos. Empezar a trabajar la masa un poco; añadir la esponja y amasar un poco. Incorporar por último la mantequilla, repartiéndola bien. Cuando se tenga una mezcla más o menos homogénea, volcar sobre una superficie de trabajo limpia y comenzar a amasar a mano. Es una masa muy pegajosa, sobre todo al principio, y dependiendo de los ingredientes se necesitará añadir más harina para que sea manejable. Recomiendo añadir poco a poco, mejor sobre la mesa y en las manos para evitar que se pegue mucho. Ánimo, al cabo de un rato de amasado con energía se vuelve más maleable. Trabajarla hasta que tenga una textura suave, lisa, elástica. Formar una bola y dejar en un recipiente grande ligeramente engrasado con aceite o mantequilla. Cubrir con film y un paño y dejar levar hasta que casi doble su tamaño, unas 3 horas en clima levantino. Cuando haya crecido bastante, introducir en la nevera para retrasar la fermentación.

Por la mañana, dejar atemperar fuera de la nevera una o dos horas. Amasar ligeramente para desgasarla; cortar con unas buenas tijeras las posibles porciones que queramos separar. Formar una bola con cada una de ellas. Con la mano engrasada, hacer un agujero en el centro, estirando el roscón en el aire dándole vueltas con las manos. Poner sobre una bandeja de horno preparada, esconder las figuritas por abajo y pintar con huevo batido. Cubrir con film y un paño de cocina y dejar que doble su tamaño (unas dos horas).

Precalentar el horno a 200ºC. Volver a pintar con huevo, decorar al gusto con frutas, azúcar y/o almendras. Hornear a 180º durante unos 20-25 minutos, vigilando que no se dore demasiado (como me suele pasar a mí). Dejar enfriar sobre una rejilla.

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¡Feliz vuelta a la rutina! Terminad los dulces que hayan sobrado sin culpabilidad y disfrutad los regalos. Yo confieso que aún la Navidad tendrá sus últimos coletazos por aquí, que falta la segunda parte de la escapada suiza y tengo alguna recetilla pendiente con aromas especiados ;-).
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