31 agosto, 2011

Viaje a París I - Rodez y llegada

Ya estoy de nuevo en Madrid, reajustándome a la rutina poco a poco. Antes de retrasarme demasiado, vamos con la primera entrega de la crónica del viaje a París, antes de llegar a la capital francesa. Al viajar en coche, hicimos una parada de una noche tanto en la ida como en la vuelta.

Salimos un jueves bien temprano desde el campo; a las 5.30 ya estábamos en camino. Me gustan mucho esos madrugones, me traen buenos recuerdos, puedo ver amanecer a través de mi ventanilla y además esas primerísimas horas se pasan volando. A las 7 nos detuvimos a desayunar y continuamos sin problemas tras alguna breve parada para repostar y estirar las piernas.  Por suerte esta vez no nos pilló ningún atasco al cruzar la frontera; ya en Francia almorzamos con bocadillos caseros y llegamos a nuestro destino a primera hora de la tarde.



Rodez es la capital de Aveyron, département situado al sur del Macizo Central, cerca de Toulouse, en una región que ha ido destacando en los últimos años como centro de atracción turística en Francia. Ciertamente es una zona muy bonita y agradable para recorrer con buen tiempo; en el último tramo de viaje recorrimos carreteras secundarias atravesando hermosos campos y pequeños pueblos con mucho encanto, rodeados de un marco natural fantástico.


Rodez - Cathedral

La torre de la Catedral de Notre Dame, que en realidad, como se aprecia en la fotografía, está separada del cuerpo del edificio. Con una altura de casi 90 metros, es producto de la construcción a lo largo de varios periodos que han dejado su huella en los diferentes estilos artísticos que la componen.

Rodez

El centro histórico no es muy grande pero merece la pena pasearse y perderse entre sus callejuelas estrechas que siguen sinuosos caminos. El legado medieval está presente en muchos pequeños detalles, como ocurre en tantas localidades francesas.

Después de una cerveza frente a la catedral, buscamos un lugar donde cenar. Como ya esperaba, tuvimos alguna dificultad ya que yo soy algo especialita para comer, sobre todo cuando los platos estrella de la gastronomía local se centran en carnes de mamíferos, quesos y salsas con lácteos. Menos mal que muchos restaurantes incluyen una interesante sección de ensaladas grandes que pueden funcionar como plato único para una persona!

Elegimos una Brasserie situada en una céntrica plaza, de los pocos locales de precios razonables que estaban abiertos una tarde de agosto, Le Grand Café.

Rodez - Bread

Buen pan, como más me gustan: corteza dura doradita, miga tiernísima pero firme, llena de alveolos, muy aromático.

Rodez - Salad

Ensalada de mezcla de lechugas, tomates (con sabor a tomate), huevo duro, huego pochado (perfecto, al romperla la yema inunda el plato mezclando los sabores creando unos jugos maravillosos), espárragos, alcachofas con una vinagreta suave, manzana.

Rodez

Rodez


Rodez

Especie de flan/natillas/crème brûlée, de textura más firme, con caramelo dentro y acompañado de merengue (no, no es nata!).

Rodez - Apricot pie

Tarta de albaricoque, fantástica. La masa casera y el relleno de fruta generoso, con ese punto ácido que me gusta en este tipo de pasteles, contrastando con la base más dulce.

Brasserie Le Grand Café
19 place de la Cité
12000 Rodez
Tél. 05 65 68 00 95

Hotel Breakfast

Desayuno de hotel. Me temo que cuando se vació la bandeja fui a por más. Me pierden este tipo de desayunos, aunque hace tiempo que no me tiro como una loca a la cesta de la repostería, y eso que los croissants y los pain au chocolat de estos hoteles son deliciosos. Pero yo con buen pan y buena fruta soy feliz. Ese yogur natural, cremosísimo, sienta de maravilla por la mañana; cuando era niña me encantaba llenar el cuenco con ese yogur y una mezcla de cereales, frutos secos y fruta. El canelé es un pequeño dulce típico de ciertas zonas de Francia, un caprichito mañanero.


La segunda etapa del viaje se desarrolló sin ningún problema. Fue parada obligatoria cruzar el viaducto de Millau, una impresionante labor de ingeniería en la A75 que se alza unos 340 metros a lo largo de sus 2460 metros de longitud, sobre un fantástico entorno que ofrece vistas espectaculares de la zona. A sus pies hay un centro de visitantes con pequeñas exposiciones, resturante y algunas tiendas.
Y tras esta breve parada, rumbo directo a París.
25 agosto, 2011

De vuelta, con helado y fotos gatunas

Esta entrada no está programada :)

¡Hola a todos! ¿Qué tal todo? ¡Espero que muy bien! Cómo echo de menos bloguear ^^.

El sábado (casi domingo) pasado regresamos de nuestro pequeño viaje a París, de nuevo al campo, tras una breve pausa en Murcia para dejar a mi hermano. El final del verano está siendo muy caluroso así que no hay muchas ganas de dejar el "fresco" (muy entre comillas) campestre, pero hoy hemos venido a la ciudad a hacer varios recados y compras. Así que he aprovechado (tras cortarme el pelo y ponerme al día con mis descargas) para curiosear un poquico por vuestros blogs. ¡Habéis cocinado y escrito mucho estas semanas! Tendré mucho trabajo cuando regruese a Madrid :P.

Gato en el jardín

Ya he empezado a procesar las fotografías del viaje y espero, esta vez sí, publicar pronto las entradas correspondientes. Mientras tanto os dejo con una receta, y unas imágenes de mi gordico, mi querido gato, que vive feliz durante el verano haciendo lo que quiere en el campo. Come menos y se va de juerga por las noches buscando a otros gatos (volviendo más de una vez con heridas de guerra que él mismo se busca), aunque sigue durmiendo horas y horas y horas, en cientos de sitios diferentes. Tampoco hay mucho más que hacer cuando pega el sol, ¿no? :-)

Gato pastando

Gato pastando

Su rutina diaria suele comenzar al amanecer, pidiendo su desayuno, para remolonear en la cama de mis padres durante un buen rato después. Aprovechando las primeras horas, más frescas, se recorre el jardín, marca territorio, se revuelca en la tierra y pega un buen repaso a las hierbas que crecen en el patio. Y luego a dormir.

Helado de cereza y ciruela

Este helado lo preparé antes de salir de viaje. No tenía ninguna receta, simplemente quería prepararlo, así que recurrí a la despensa y a experimentar un poco. Cocinando la fruta antes de incorporarla a la mezcla, dejando que caramelice un poco con mantequilla y azúcar, se obtiene un sabor profundo, diferente a usar directamente fruta fresca. Para que quedara una mezcla más cremosa probé una idea que vi en algún blog hace tiempo, añadir maizena para espesar. Es un truco barato, lo reconozco, pero no funcionó nada mal. Es un buen recurso si se quiere un helado más cremoso sin aumentar las calorías.

- 200 gr de cerezas, pesadas sin hueso
- 150 gr de ciruelas rojas dulces, pesadas sin hueso
- 1 chorrito de licor (opcional)
- 10 gr de mantequilla
- 1/4 cucharadita de sal
- 50 gr de azúcar
- 500 gr de queso fresco cremoso desnatado
- 100 gr de azúcar (más o menos, al gusto)
- 100 ml de leche de soja fría
- 1 cucharada colmada de maicena

Pelar las ciruelas y trocearlas en cuartos; partir las cerezas por la mitad. Calentar la mantequilla en una sartén ancha y añadir la fruta, mezclando bien hasta que la grasa se haya derretido. Añadir el licor, la pizca de sal y los 50 gr de azúcar, mezclando todo uniformemente. Dejar pochar a fuego bajo, removiendo de vez en cuando, hasta que la fruta esté muy tierna y haya jugos caramelizados.

Calentar en un cazo grande o una olla el queso fresco con el azúcar, hasta que se disuelva. Incorporar la fruta, removiendo bien. Mezclar la maizena en la leche fría hasta que se haya disuelto; añadir a los demás ingredientes, trabajando bien la mezcla a fuego medio-bajo, hasta que empiece a espesar. Dejar reposar fuera del fuego. Cuando se haya enfriado, tapar y dejar enfriar en la nevera como mínimo dos horas.

Para hacer el helado proceder según las instrucciones de la máquina, o trasladar a un recipiente hermético apto para el congelador e ir batiendo la mezcla cada cierto tiempo para evitar que se formen muchos cristales.
17 agosto, 2011

Helado de vainilla en molde

[Nota: esta entrada la dejé programada para el mes de agosto, pero me he dado cuenta de que por algún error no llegó a publicarse; hoy la rescato]

Tras los refrescantes helados de frutos del bosque, hoy traigo un sabor más clásico, el de la vainilla, gracias al segundo molde enviado por Silikomart, el Easy Cream Chocostick. Me encanta esta colección por las formas tan bonitas que tienen y por poder recrear nuestros sabores favoritos en casa gracias a los palitos que acompañan cada modelo. Como a mi elfo le encantan los helados de vainilla, aproveché para darle un capricho ya que él tiene la suerte de no ser intolerante a la lactosa. Usé media vaina de vainilla de Tahití, con un aroma muy potente, y al dejar que la mezcla infusionara con ella las semillitas se fueron depositando en el molde mientras se solidificaban los helados en el congelador, dejando un bonito dibujo. Es que me encanta encontrarme esos puntitos en los dulces y los helados, demostrando que el sabor a vainilla es "auténtico" :).

Creamy vanilla popsicle


- 60 gr de leche
- 60 gr de nata líquida
- 40 gr de azúcar
- 1/2 vaina de vainilla de Tahití (preferiblemente)
- 1 pizca de sal
- 50 gr de nata para montar

Poner en un cazo la leche con la nata líquida. Abrir la vaina con un cuchillo y extraer las semillas con la punta; ponerlo todo en el cazo. Calentar hasta llevar a ebullición, bajar el fuego y cocer unos minutos, removiendo con una cuchara de madera. Añadir el azúcar y la sal, mezclando bien. Apagar el fuego y dejar enfriar.
Poner en un recipiente frío la nata y batir a mano con energía usando unas varillas o herramienta similar, hasta que espese pero sin llegar a montarla. Incorporar la mezcla de vainilla colándola a través de un colador para separar la vaina, pero dejando que pasen las semillas. Mezclar bien pero con suavidad, para no crear burbujas. Llenar los moldes, introducir los palitos e igualar la superficie. Congelar como mínimo cuatro horas antes de desmoldar.

Creamy vanilla popsicle
12 agosto, 2011

Bizcocho de cerezas y almendra

[Entrada programada - estoy en París!]

Faltan dos días para salir de viaje, así que hemos venido a la ciudad para coger las últimas cosas necesarias para hacer la maleta y terminar unos recados, y yo aprovecho (cómo no) para hacerme con los últimos capítulos de mis series y dejar alguna entrada más programada para estos días.

Por suerte hoy bajan sensiblemente las temperaturas, y es que hemos tenido un fin de semana terrible, creo que el más caluroso de todo el verano. El domingo hizo muchísimo calor, incluso ya bien entrada la noche no refrescaba nada, algo muy extraño en el campo. Aunque eso no impidió que tuviéramos una pequeña merienda-cena con parte de la familia, aprovechando la "excusa" del cumpleaños de la tía de mi madre. Por supuesto, yo preparé el postre (no hay que desaprovechar ninguna ocasión), un bizcocho de limón glaseado y una tarta de fruta, muy sencillos los dos, pero que salieron tan ricos que los repetiré cuando vuelva a Madrid para mi otra familia y seguramente los ponga por aquí, creo que lo merecen :)

Cherry almond bread

Aprovechando los últimos días de las cerezas y picotas, os dejo un bizcocho preparado con esa fantástica fruta que combina de manera deliciosa con el sabor de las almendras. La esencia de almendra suele tener sabor fuerte, pero creo que en esta receta es el toque que marca la diferencia. Si no la podéis encontrar, se puede sustituir por algún licor afrutado u otro tipo de esencia que os guste, aunque creo que es un aroma que se localiza sin muchos problemas en los grandes supermercados.

- 170 gr de harina de repostería
- 90 gr de harina integral
- 3 cucharadas de copos de avena
- 1 cucharadita de levadura química
- 1/2 cucharadita de bicarbonato
- 1/2 cucharadita de sal
- 1 huevo L
- 2 claras L
- 185 ml de puré de manzana
- 80 ml de queso fresco cremoso bajo en grasas
- 30 ml de aceite de girasol
- 1 sobre de azúcar vainillado (8 gr)
- 150 gr de azúcar
- 1/2 cucharadita de esencia de almendra
- 1 taza de cerezas sin hueso, troceadas
- almendra laminada para decorar

Cherry almond bread

Precalentar el horno 180ºC y preparar un molde rectangular.
Mezclar en un recipiente amplio las harinas, la avena, la levadura, el bicarbonato y la sal. Aparte, batir los huevos a mano hasta que empiecen a espumar; añadir el puré de manzana, el queso y el aceite y batir un poco más. Incorporar los azúcares y la esencia, batiendo bien, hasta que se disuelvan. Verter esta mezcla en los ingredientes secos, incorporándolos con movimientos suaves envolventes. Añadir las cerezas picadas, mezclando todo con una espátula hasta conseguir una masa homogénea. Repartir sobre el molde igualando la superficie. Cubrir con un poco de almendra laminada y, si se quiere, algo de azúcar extra. Hornear a media altura bajando la temperatura a 175ºC durante unos 45-50 minutos, hasta que al pinchar el centro con un palillo éste salga limpio. Esperar 10 mintuos fuera del horno, desmoldar y dejar enfriar totalmente sobre una rejilla.

Cherry almond bread
06 agosto, 2011

Helado de frutos del bosque estilo Calippo

[Entrada programada - Estoy en el campo :)]

La empresa italiana de moldes y otros útiles de cocina de silicona, Silikomart, que muchos ya conocéis por haber colaborado también con ellos, ha lanzado una campaña especial de verano para promocionar sus productos específicos para refrescarnos la temporada estival. A pesar de que me pillaban las fechas algo justas, cuando Silvia me ofreció colaborar no lo dudé, y es que me gusta mucho la gama específica para dulces helados que nos ofrecen, y que me vienen genial para disfrutar en Madrid donde por el momento no tiene hueco mi maquinita heladora. Recibí dos muestras, la primera es este molde que hoy os presento. 


Formado por un set de tres moldes para Ghiaccioli con sus respectivas capuchas, es imposible no acordarse del legendario Calippo de Frigo y sus múltiples clones en tantas otras marcas de helados. Ha sido desde cría uno de mis helados comerciales favoritos y me ha hecho ilusión poder recrearlos en casa, aunque dejaré el intento de emular mi favorito, de lima-limón (con ese verde radioactivo tan refrescante) para más adelante. 
Esta receta es sencillísima, muy rápida y fácil de hacer, con un resultado delicioso gracias al potente sabor de la fruta. Yo usé una mezcla de frutos del bosque congelados al natural que vienen genial para muchas recetas, aunque se podría hacer con fruta del tiempo y creando la mezcla a nuestro gusto.

- 300 gr de frutos del bosque (fresas, grosellas, arándanos, frambuesas, moras...)
- 90-100 gr de azúcar
- 1 pizca de sal
- 1 cucharada de zumo de limón
- 80 gr de queso fresco cremoso desnatado

Si se usan frutos congelados, habrá que dejarlos descongelar un poco si la potencia de nuestra batidora no es demasiado alta. Colocar los frutos enteros en el vaso de la batidora, trituradora o licuadora, y triturar. Añadir el zumo de limón, una pizquita de sal y el queso, batiendo todo unos segundos más con la máquina hasta que quede homogéneo. Incorporar el azúcar al gusto, pues el dulzor necesario dependerá del ácido de la fruta empleada. Repartir en los moldes, tapar y dejar congelar por lo menos 4 horas.

Nota: A mi me gusta dejar en preparaciones así la mezcla de fruta entera, sin colar, pero si no se quieren restos de semillas ni grumos se puede tamizar el triturado de fruta antes de continuar con los demás ingredientes, procurando presionar bien para extraer todos los jugos.

Frutti di Bosco Popsicle

¡Me temo que usaré estos moldes todo el año! ;)

Frutti di Bosco Popsicle
01 agosto, 2011

Fiesta Nacional Suiza

[ Entrada programada - Estoy en el campo :) ]

1291 Fundación de la Confederación Helvética.
Desde 1891, en Suiza el 1 de agosto se celebra la Fiesta Nacional. La fecha se origina de uno de los primeros contratos con el que los tres cantones Uri, Schwyz y Unterwalden formaron el núcleo de la Suiza actual, que se ha ido configurando en el transcurso de cinco siglos. (fuente)


Swiss Day

Hoy es 1 de agosto, para muchos el inicio de las vacaciones, para otros el final... pero para los suizos, es una de las fechas más importantes del año, y es que se celebra la Fiesta Nacional. Como este año no podré visitar mi otro querido país, traeré un poquito de Suiza a mi campo para hacer una pequeña celebración en casa. Como seguro hará mi tío, decoraré con mi padre la casa con banderas rojas y cruces blancas, con los emblemas de los cantones y con farolillos de papel que de noche nos iluminarán con las velas de su interior. Intentaré tener algunos fuegos artificiales para rememorar las grandes explosiones de luces y colores que inundan el cielo de todo el país mientras recordamos momentos felices pasados en aquellas tierras. Y sobretodo, habrá homenaje gastronómico. Mientras escribo estas líneas no tengo todavía claro el menú suizo que haremos, pero sí os adelanto que tendremos Butterzopf para desayunar. Os paso el enlace a la receta de la tradicional trenza de pan suiza junto a otros platos que han aparecido por el blog, por si os queréis sumar a la celebración. Cualquier excusa es buena para probar sabores nuevos (aunque muchas son navideñas, pero que eso no os corte!) ;)











 




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