31 octubre, 2010

Halloween Bloggers Day: Freaks and Geeks

¡Feliz Halloween!
Celebréis o no la Noche de Brujas o el Día de Todos los Santos, espero el mal tiempo no os haya fastidiado el fin de semana y tengáis un buen puente.
Yo algún día daré una fiesta de Halloween con toda la ambientación posible, pero por el momento este año me conformo con las galletas y una Pumpkin Pie. Aunque mañana tenemos invitados a cenar e igual preparo las momias de salchicha...
La entrada de hoy es un poco off-topic para mi blog, pero me apetecía mucho sumarme a la iniciativa que nos proponía Rebeca desde su blog Como un fénix. Otra de mis grandes pasiones, junto a la cocina, es el visionado de series de televisión, una afición que casi se ha convertido en un vicio adictivo en los últimos tiempos. Visito muchos blogs y páginas de seriéfilos como yo, así que me encantó la idea de dedicar cada uno un post a un capítulo de Halloween de la serie que escogiéramos. Sin más, aquí está mi humilde aportación.

El Halloween es una fiesta que se celebra principalmente en Estados Unidos pero en los últimos tiempos su influencia se ha expandido a otros países debido al empuje cultural del gigante americano. Nos hemos criado viendo imágenes de Halloween tanto en películas como en series de televisión. Todas las series, o al menos una gran parte de ellas, tienen su capítulo de Halloween.
Hoy celebramos el Halloween Bloggers Day. Un grupo de bloggeros se ha unido con la sana y divertida intención de hablar de esos capítulos de Halloween que recuerdan con más cariño. Hay muchos y no se puede hablar de todos ellos pero lo intentaremos. Queremos ofreceros una selección de capítulos  inolvidables. Bienvenidos al Halloween Bloggers Day.



Freaks and Geeks.
Temporada y número: capítulo 3, primera temporada.
Título original: Tricks and Treats.
Emitido: sábado 30 de octubre de 1999.
Guión: Paul Feig.
Dirección: Bryan Gordon.


Freaks and Geeks es una serie ambientada en los años 80 que sigue las vidas de un grupo de adolescentes  corrientes que comparten instituto en Michigan. Centrando el protagonismo en los hermanos Lindsay y Sam, Weir a lo largo de sus 18 capítulos la serie nos lleva por tramas sencillas, realistas, fácilmente reconocibles y con las que cualquiera que ha pasado por la pubertad puede identificarse.

Se acerca Halloween y Jean, la madre de los protagonistas, está muy ilusionada con los preparativos de un día que le trae grandes recuerdos familiares. Decorar la casa, ver a su pequeño Sam disfrazado recolectando caramelos con sus amigos, repartir dulces a los niños del barrio junto a su hija ... Pero sus hijos se han hecho mayores y no sienten el espíritu festivo como otros años. Sam afirma que es demasiado mayor para salir a hacer Truco o Trato, y Lindsay, aunque sigue la corriente a su madre, preferirá cualquier otro plan que le aleje de sus tradiciones familiares.
Sin embargo, al final nada saldrá como habían previsto.

Cuando la profesora Wimman les impone como deberes leer Crimen y Castigo, una lectura "de adultos",  Sam se da cuenta de que en realidad lo de ser mayor empieza a no atraerle tanto, y recuerda lo bien que él sus amigos lo han pasado los años anteriores saliendo en Halloween. Así, convence a Neal y Bill para disfrazarse un año más en busca de dulces, y se les unirá Harris.
Mientras tanto, Lindsay continúa en su empeño por acercarse al grupo de freaks de Daniel y por ser aceptada dentro de su grupo de amigos. Así, aunque al principio se mantiene fiel a su madre, terminará aceptando la invitación de pasar Halloween con ellos en el Cadillac del tío de Daniel.

Llega Halloween y los amigos salen a recorrer el vecindario con sus disfraces caseros: Sam del robot Gort de "The day the Earth stood still", Neal como Groucho Marx y Bill de Jamie Sommers (La mujer biónica).


Pero pronto se dan cuenta de que todo el mundo se les queda mirando por la calle, especialmente a Bill, y es que realmente son demasiado mayores y llaman demasiado la atención entre los niños más pequeños. Aún así, consiguen un pequeño botín de dulces, chocolatinas y chucherías varias (a pesar de las leyendas urbanas de hippies poniendo droga o heces dentro), pero lo perderán todo cuando Alan y sus amigos se los quitan tras una pelea algo desequilibrada.

Por su parte, Lindsay, sin darle explicaciones a su madre, se marcha y sube al coche de Daniel con Kim, Nick y Ken (quien no se suponía que debía estar, para desgracia de Nick que tiene ya claras pretensiones amorosas con Lindsay). Aunque ella tiene en mente algún plan tranquilo como ir al cine, sus nuevos amigos pronto le enseñan cómo suelen divertirse en Halloween, básicamente con gamberradas que rozan el vandalismo, pisoteando calabazas y bateando buzones de correos sin bajar del coche. Lindsay, algo reacia al principio, termina por entrar en el juego. Se deja llevar tanto por la emoción del momento y de la aceptación del grupo como una más, que no se da cuenta hasta que es demasiado tarde de que ha tirado huevos a su hermano. Al reconocerle, se arrepiente al instante, pero sus disculpas no servirán de mucho a Sam, quien, humillado y desilusionado, regresa solo a casa.



Para los padres tampoco será una jornada muy divertida. Ante la ausencia de Lindsay, su padre Harold (a quien no le hace ninguna gracia celebrar Halloween) se ve obligado a disfrazarse de vampiro y ayudar a su mujer atendiendo a los niños que llaman a la puerta. Y encima, cuando lo acepta y se mete en el papel, sólo consigue aterrorizar a los chavales y llevarse broncas de los padres. Por su parte, Jean comienza con mucha ilusión a repartir las galletas caseras que ha preparado, pensando que serían mejor opción que repartir caramelos comprados. Pero poco a poco su ilusión irá decayendo, y más al descubrir que los padres no dejan que sus hijos acepten comida "sin envasar" y que sus galletas hechas con cariño acaban en el suelo a merced de las hormigas.


Al final ambos hijos regresan a casa. Sam, entre enfadado y triste, lleno de huevos, rechaza el consuelo de su madre, de nuevo rechazando la idea de ser todavía un niño, y sin delatar a su hermana. Lindsay finalmente se da cuenta de las tonterías que ha hecho y termina aceptado el disfraz que le ha dado su madre (de príncipe, aunque debía ser de princesa) y finalizan la noche juntas repartiendo los caramelos que Harold tuvo que ir a buscar.

Me parece un episodio de Halloween muy interesante porque, a diferencia de lo que ocurre en otras series, el tema festivo no es sólo una excusa para descansar las tramas habituales, sino que se aprovecha perfectamente para continuar la coherencia de la serie y sus personajes. El tema predominante es el mismo que se mantiene a lo largo de toda la temporada: la madurez de los chicos, su búsqueda de identidad en la confusión que es la adolescencia y la forma de afrontar los cambios que experimentan.
Sam vive constantemente un conflicto interno, pues por un lado quiere ser tratado y aceptado como un mayor, y ganar popularidad entre sus compañeros, pero al mismo tiempo no puede renunciar a las cosas que realmente le hacen feliz, consideradas infantiles y geeks. El tema de Halloween es un ejemplo perfecto, pues representa la pérdida de la ilusión de una infancia despreocupada que se está perdiendo.
Lindsay continúa en su intento por dejar de ser la chica buena y lista de la clase, tratando de ser aceptada en un grupo de chicos malos, malas influencias que le llevan a cometer acciones que jamás antes se hubiera planteado. La confusión y rebeldía de la adolescencia se reflejan perfectamente en su personaje y la inseguridad de sus acciones. Intenta alejarse de la Lindsay que era antes, huyendo de su familia y sus tradiciones y tratando de encajar en un grupo de chicos a los que admira desde fuera por ser diferentes, despreocupados y algo rebeldes.

Al final, Lindsay se enfrenta a las consecuencias de sus acciones y se arrepiente de haber dado la espalda a su familia, pues a pesar de todo no está tan mal pasar Halloween repartiendo caramelos a los niños  disfrazada con tus padres. Sin embargo, el final tiene un regusto amargo, pues Sam no ha podido tener un último Halloween divertido junto a sus amigos, y debe enfrentarse a lo que realmente significa hacerse mayor. Así, el capítulo termina con el joven adolescente solo en su cuarto, leyendo finalmente la novela asignada.
 

Mención especial al detalle de las galletas caseras de Jean, fantasmas y calabazas! Me encanta esta mujer y el entusiasmo que tiene por la fiesta, es contagioso.


Lee las demás participaciones del Halloween Bloggers Day:

Como un fénix
Tv Killed The Movie Star
En Algún Lugar De La Tele
The Hatch Of TV
Caldeira De Marisco. El Blog De Centoloman
Tv y mi cabeza loca  
29 octubre, 2010

Galletas de Halloween 2010

Viernes otra vez, fin de octubre, fin de semana de puente, cambio de hora, llegada del frío, Día de todos los Santos, Halloween... ¡cuántas cosas se nos juntan estos días!
Toda la blogosfera se está llenando de delicias típicas de estas fechas, tanto sencillamente otoñales como dulces y cositas saladas basadas en la Noche de los Muertos o el Día de todos los Santos. A mí me encantan todas las tradiciones, y sobre todo si son una excusa para meterse en la cocina y preparar cosas curiosas :)
A ver si este fin de semana puedo preparar una Pumpkin Pie aprovechando que igual tenemos invitados, aunque tendré poco tiempo. 

Happy Halloween

Los que me seguís por Twitter seguramente ya sabréis que el otro día me llegó un paquete de Murcia, con un par de cosillas que me había olvidado, y algunos extras que mis padres añadieron ^_^ Mi padre, que anda de viajes como siemrpe por estas fechas, pasó de nuevo por Lyon y me ha mandado Herbes de Provence y Coussins de Lyon, ¡qué ilusión me hizo! Son ya una tradición.
Ahora está volando desde Budapest donde ha estado un par de días. Va a pasar por Madrid para cambiar de vuelo, así que aprovechando que tendrá casi tres horas libres voy a intentar verle aunque sea para charlar un rato tomando algo. Y ya de paso aprovecharé para llevarle algunas galletas, que mi madre dice que echan mucho de menos el tener algo dulce en casa, ya que era yo la que siempre los preparaba.
¿Y qué galletas son? De Halloween, por supuesto!

No tuve demasiado tiempo para preparar muchas en buenas condiciones, pero tenía que estrenar los moldes que Raquel me envió el año pasado por el Amigo Invisible. ¡Gracias otra vez!

Pumpkins
Skeletons


OwlGhosts

Bats
26 octubre, 2010

Galletas de avena con cubitos de chocolate

Mientras espero un paquete enviado por mis padres con algunas cosas que se quedaron en Murcia y empieza a fermentar la masa para el pan de hoy, os dejo unas galletitas por aquí. Son las primeras galletas que he hecho en el horno del apartamento; estoy haciendo pruebas con todos los básicos de repostería (galletas, bizcochos, panes, muffins...) para experimentar con los tiempos y temperaturas. Aún me falta pillarle mejor el truco, pero con unas galletas básicas y simples como estas no ha habido ningún problema.
No son galletas con "chips" de chocolate sencillamente porque tenía una bolsa de "cubitos" que me trajeron de Suiza. En realidad es una mezcla de cubos de chocolate y de cubos de caramelo, pero los segundos se camuflan en la masa, y aunque aportan un toque genial, si no se avisa no te das cuenta de que los lleva.

Por cierto, ayer empecé al fin las clases (más sobre ello en próximas entradas) y de regalo me acosté con un dolor de cabeza que me ha recibido también esta mañana para darme los buenos días. Por el momento no parece querer dejarme, a ver si amasando un poco me relajo y se me va...



Chocolate cubes cookies


Receta adaptada de Eating Well.

- 3/4 taza de copos de avena
- 1 taza de harina integral
- 1/2 cucharadita de bicarbonato (usé levadura, no tenía bicarbonato)
- 1/2 cucharadita de sal
- 1/4 taza de mantequilla a temperatura ambiente (sin lactosa y baja en colesterol)
- 1/4 taza de aceite (de girasol)
- 1/3 taza de azúcar blanco
- 1/3 taza de azúcar moreno (panela)
- 1 huevo grande
- 1 cucharadita de esencia de vainilla
- 1 taza de chips de chocolate (chocolate negro y caramelo)

Precalentar el horno a 180ºC y preparar dos bandejas.
Triturar ligeramente los copos de avena con una batidora, molinillo de café o similar. Mezclar en un recipiente con la harina, la sal y la levadura. En otro cuenco más grande, batir con batidora de varillas la mantequilla hasta que quede cremosa. Añadir el aceite, los azúcares, el huevo y la vainilla y batir un poco más. Incorporar los ingredientes secos, batiendo a baja velocidad hasta tener una masa homogénea. Repartir los cubos o chips de chocolate, distribuyéndolos bien.
Con ayuda de dos cucharillas, formar montoncitos de masa sobe las bandejas, dejando un par de centímetros de separación entre cada una. Con los dedos húmedos se les puede dar un poco de forma más redondeada en los bordes y compacta.
Hornear una bandeja cada vez a media altura, bajando la temperatura a 170ºC, durante unos 15 minutos, hasta que se hayan dorado. Esperar un par de minutos fuera del horno y dejar enfriar totalmente sobre una rejilla antes de guardar las galletas en un recipiente hermético.
22 octubre, 2010

Bizcocho de buttermilk al limón


Esta semana que ya se termina tenía pensado utilizarla en varios planes, aprovechando que era la última antes de empezar las clases el lunes que viene. Pero al final, entre unas cosas y otras, nada; compras de un par de muebles más, elfo malo del estómago, montaje de los muebles... además el elfo se va mañana el día entero (madrugonazo) a Zaragoza para un torneo de miniaturas, por lo que estos días no sale de casa para terminar de preparar sus ejércitos, y yo ayudándole un poquito. Aprovecharé el sábado que me quedo solita para dedicármelo a mí misma y a unas cuantas cosas que tengo en mente.

Buttermilk quick bread

Quería subir una receta que hice hace poco, pero revisando el archivo he visto que me quedan aún un par pendientes de compartir con vosotros. Este bizcocho salió tan riquísimo que sería una pena que se perdiera, así qeu aquí lo traigo. Si no recuerdo mal, usé el buttermilk que me sobró del helado de limón, y lo volví a combinar con este cítrico, ya que son dos ingredientes que dan unos resultados fabulosos juntos.

- 2 y ½ tazas de harina integral
- ½ taza de panela o azúcar moreno
- 1 cucharada de levadura
- ½ cucharadita de sal
- ½ cucharadita de tomillo
- 2 huevos grandes
- 250 ml de buttermilk
- ¼ taza de mantequilla
- ralladura de 2 limones
- pasas u otra fruta seca al gusto
- brandy u otro licor (opcional)
- azúcar moreno o panela extra

Buttermilk quick bread

Precalentar el horno a 200ºC y preparar un molde rectangular.
Derretir la mantequilla al baño maría o en el microondas y dejar enfriar. Cubrir las pasas con un chorro de brandy y reservar.
Mezclar en un recipiente amplio la harina con la levadura, la sal, el azúcar y el tomillo. Aparte, batir los huevos con el buttermilk. Añadir la mantequilla y la ralladura del limón, batiendo bien hasta que quede homogéneo. Incorporar esta mezcla a los ingredientes secos, trabajando la masa con movimientos suaves. Una vez bien incorporado todo, añadir las pasas (escurrir el líquido si hay demasiado), repartiéndolas bien. Colocar en el molde, igualando la superficie, y espolvorear con un poco de azúcar. Hornear sobre rejilla a media altura durante entre 40-50 minutos a 180ºC. Es preferible girar el molde a mitad de la cocción para asegurar que quede homogéneo. Esperar unos minutos antes de desmoldar y dejar enfriar totalmente sobre una rejilla.
18 octubre, 2010

"Crackles" de jengibre

A finales de este mes empezaré a ir a clase a una academia, y la verdad es que ya tengo muchas ganas. Va a ser duro, pero necesito tener una rutina y unas obligaciones, porque ahora mismo estoy algo desubicada. Estos días he aprovechado para "redondear" el apartamento, explorar el barrio, probar el horno, la vitrocerámica (que nunca había usado antes) y otros cacharros, buscar las que eran mis tiendas habituales en Murcia más cercanas adonde ahora vivimos... Y también seriear como una loca, que veremos a ver cómo me organizo cuando no tenga tanto tiempo libre. 

Otro problema de no tener "deberes" es que a veces vago por la red y empiezo a saltar de enlace en enlace, y descubro blogs y webs de cocina nuevas, y veo recetas y más recetas que me apetecen, y las voy guardando... y a lo tonto he triplicado en pocos días la carpeta de "Pendientes para probar". Debo ponerme algún tipo de freno o pronto pasaré el límite razonable, si es que no lo he hecho ya. Y luego encima a veces copio recetas y me olvido de guardar la fuente, como en el caso de hoy.
Sé que adapté la receta de algún blog extranjero, pero ni idea de cuál. Si a alguien le suena, que me avise y rápidamente pondré el enlace. Mil disculpas!

Son unas galletas fabulosas, especialmente para los amantes de lo especiado, y más del jengibre. Estuve tentada de añadir algo de jengibre fresco rallado, pero no lo hice porque seguramente sería yo la única que se las terminaría comiendo, y hubiera sido algo peligroso. Me encanta la forma que tienen, con la cubierta agrietada, durita, pero el interior más suave, llenas de aroma, y con la sorpresa de encontrarte trocitos de jengibre confitado.


Ginger crackles

- 55 gr de mantequilla a temperatura ambiente
- 175 gr de azúcar
- 1 huevo grande
- 60 ml de melaza, Golden Syrup o miel oscura
- 2 tazas de harina
- 2 cucharaditas de bicarbonato
- 1 cucharadita de canela
- 1/4 cucharadita de clavo
- 1/4 cucharadita de jengibre
- 1/2 cucharadita de sal
- 1/3 taza de jengibre confitado picado
- azúcar extra

Batir la mantequilla con el azúcar; añadir el huevo y la melaza y batir un poco más, hasta tenerlo todo incorporado. En un recipiente aparte, mezclar la harina con el bicarbonato, la sal y las especias. Añadir el jengibre, repartiéndolo bien. Incorporar poco a poco estos ingredientes a la primera preparación, mezclando a mano con una espátula. Al final me resultó más sencillo terminar de trabajar todo a mano, sobre la superficie de trabajo. Cuando tengamos una masa homogénea, húmeda y algo pegajosa, la ponemos en un recipiente limpio y dejamos enfriar como mínimo 30 minutos.
Precalentar el horno a 180ºC y preparar un par de bandejas.
Poner algo de azúcar en un cuenco. Con las manos limpias, o usando guantes, tomar una pequeña porción de masa y formar una bolita; rebozar en el azúcar y colocar sobre una de las bandejas. Continuar con el resto de la masa, dejando un par de centímetros de separación entre cada porción, ya que se expanden un poco. Hornear una bandeja cada vez unos 8-11 minutos, hasta que se hayan cogido el tono tostado y se hayan agrietado. Esperar unos minutos fuera del horno y dejar enfriar totalmente sobre una rejilla. Guardar en recipiente hermético.
16 octubre, 2010

World Bread Day 2010: Pan con avena

World Bread Day 2010 (submission date October 16)¡Ya está aquí otra vez el Día Mundial del Pan! Y, con él, el cada vez mayor evento de recetas panaderas que organiza laollasuiza desde kochtopf.twoday.net. Si vuelvo a daros el follón enumerando las virtudes del pan, alabando sus variedades, formas, sabores y texturas, o rememorando recuerdos felices que tengo asociados a un buen pan, seguramente me querréis matar, así que me lo ahorraré esta vez. Sólo os animo a intentar hornear en casa, que aunque es una tarea que se puede complicar mucho, también puede ser muy sencillo. Por algún lado hay que empezar, y yo que aún soy novata en esto os aseguro que en seguida los resultados merecen mucho la pena.

Yo de hecho casi me pierdo el evento de este año porque no he tenido tiempo de buscar una buena receta que me apeteciese, aún no domino el horno y tengo la existencia de harinas y otros ingredientes algo coja. Pero para un pan sencillito siempre se puede buscar un hueco-

Todo el mundo a mezclar, amasar y hornear! Y a comer, claro ;-)

- 100 gr de copos de avena
- 150 ml de leche tibia
- 15 gr de levadura fresca
- 1 cucharada de miel clara
- 150 ml de agua tibia
- 125 gr de harina de centeno
- 275 gr de harina de trigo
- 1 y 1/2 cucharaditas de sal
- 2 cucharadas de aceite de girasol
- copos de avena, harina y agua para decorar




Oat Rustic Bread

Mezclar en un cuenco la avena con la leche y reservar.
Aparte, desmenuzar la levadura disolver en la miel. Añadir la mitad del agua mezclando bien. En un recipiente amplio, mezclar las harinas y formar un hueco en el centro. Verter la mezcla de levadura y espolvorear por encima un poco de harina. Cubrir el recipiente con film o un trapo húmedo y dejar fermentar.
Incorporar el resto de ingredientes, incluyendo la avena, mezclando bien hasta formar una masa. Amasar a mano unos 10 minutos sobre una superficie limpia, o unos 5 a máquina. Debe quedar una masa homogénea, suave y elástica, húmeda pero no pegajosa. Formar una bola. Engrasar con aceite un recipiente limpio, colocar la masa dentro y dar unas vueltas para que se manche con el aceite. Tapar y dejar que doble su volumen, por lo menos una hora, en un lugar cálido.
Precalentar el horno a 250ºC y preparar una bandeja.
Deshinchar la masa, amasar un poco más y dar la forma deseada al pan. Colocar sobre la bandeja, practicar un corte longitudinal, pintar con agua y repartir un poco de avena por encima. Tapar y dejar reposar para que vuelva a doblar su volumen, mínimo 30 minutos.
Introducir en el horno durante 10 minutos. Bajar la temperatura a 180ºC y continuar horneando unos 35 minutos más, hasta que se haya dorado la corteza y al golpear la base ésta suene hueca. Dejar enfriar totalmente sobre una rejilla antes de servir.



Oat Rustic Bread
15 octubre, 2010

Amigo Invisible Gastronómico 2010


No creo que nadie en la blogosfera gastronómica hispana aún no se haya enterado; ya está aquí el esperado Amigo Invisible Gastronómico, en su tercera edición y sin parar de multiplicar sus participantes! Millones de gracias a Bea por haber comenzado este evento y por preocuparse en organizarlo todo un año más. Y gracias también a Carol por el precioso logo que ha diseñado para esta edición :-)

Dudaba un poco si participar o no, porque aún me siento desubicada y con algo de lío, y también por el control de presupuesto que tengo que manejar de ahora en adelante. Pero mi elfo P me ha animado a inscribirme; sabe la ilusión que me hizo participar los años anteriores ^_^. Y es que es una gran experiencia, no sólo por recibir regalos, sino por llegar a conocer a más gente, preparar lo que crees que le gustará a la otra persona, recibir productos y cosillas caseras preparadas con cariño... Creo que el espíritu del Amigo Invisible se ha mantenido muy bien en las pasadas ediciones, y seguro que continuará así este año, aunque seamos ya tanta gente.


Dicho esto, allá van un par de líneas sobre mí que puedan guiar a mi amigo invisible. Realmente para conocerme sólo falta revisar un poco mis post pasados. Murciana con sangre suiza ahora viviendo en Madrid, me encanta cocinar y sobre todo hornear dulces. Soy adicta a los cachivaches culinarios, especialmente moldes y accesorios de galletas y bizcochos, y me gustan mucho las cosas relacionadas con eventos temáticos (Halloween, Navidad, etc.), de los que ya tengo un buen puñado de moldes de galletas gracias en parte a mi amiga invisble del año pasado, Raquel. Me gustan también mucho las especias, aromas, cosas decorativas... También los productos típicos de cada región (aunque preferiblemente nada de embutidos ni cosas similares) y, especialmente, cosas caseras. No hay nada como recibir unos dulces o unas conservas hechas por otra persona con toda su dedicación : ). Me apasiona igualmente el mundo del café, té e infusiones, colecciono tazas y cucharillas, y me encanta tener trapitos, telas, pequeños manteles, cuencos bonitos o peculiares... para servir y fotografiar lo que cocino. Ah! Y me vuelven loca los libros de cocina (¿a quién no?.

Pero como ya he dicho en alguna ocasión, cualquier cosa en la que se ponga un poco de cariño me hará muchísima ilusión! Si quieres leer lo que puse en ediciones pasadas, pasa por aquí y por aquí.
12 octubre, 2010

Rollitos de col rellenos vegetarianos

Ya ha pasado una semana desde que dejé Murcia por última vez y tengo sensaciones extrañas. Me da la impresión de que los días han pasado volando pero por otro lado el otro día tuve una tarde reflexiva y me entró un poco de morriña porque, ahora que el ajetreo de la instalación se va diluyendo, es cuando me doy cuenta realmente de que mi vida está cambiando. Pero bueno, nada que no sea normal!

Hoy es festivo aunque el puente se ha fastidiado para muchos por el mal tiempo. Espero que no se hayan chafado mucho vuestros planes. Yo me sigo despertando al amanecer y disfruto de un desayuno tranquilo con un buen café en mi taza de Queen y alguna cosilla casera. Sigo probando el horno, y ya he tenido algún que otro problema por no controlar aún las temperaturas. Pronto informaré de los resultados.

Mientras os dejo una receta no dulce, que hay que variar un poco, que preparé en verano. Aprovechando que a mi padre le regalaron unas preciosas y enormes coles, experimenté con algo que tenía ganas de hacer desde hacía tiempo: rollitos rellenos. En versión vegetariana y usando mi cesto de bambú comprado en Suiza. Fue algo trabajoso, pero el resultado creo que valio la pena, incluso para los carnívoros.


Para tres personas:

- 12 hojas de col

Vegan cabbage rolls

Hay que preparar en primer lugar las hojas de col. Para ello, se puede seguir dos métodos. Simplemente podemos separar las hojas con cuidado a mano, pero puede ser difícil ya que es fácil que se rompan. Recomiendo el segundo procedimiento. Quitamos a mano las primeras hojas y las desechamos. Ponemos agua a hervir en una olla ancha y baja. Cortamos la base de la col, formando un hueco no demasiado profundo, para quitar el nacimiento el nervio principal, más duro. Cuando el agua esté hirviendo, sumergimos la col y tapamos, dejando que se cueza unos 5-6 minutos. Con cuidado, le damos la vuelta y dejamos que se cueza otros cinco minutos más. La sacamos, enfriamos bajo el grifo y esperamos unos minutos para empezar a separar las hojas, que saldrán ahora fácilmente. 

Vegan cabbage rolls

Deben haber quedado semitransparentes, en el caso de que aún queden algo crudas, las sumergimos un par de minutos más en el agua. Escurrimos y dejamos secar. Reservar.

- 1 puerro
- 200 gr de champiñones
- 3 cucharadas de soja texturizada
- 1 cucharadita de comino molido
- 1 cucharadita de tomillo
- ½ cucharadita de cilantro molido
- pimienta negra y sal
- vino blanco
salsa de soja
- ½ cucharadita de Marmite (opcional, da sabor)
- aceite de oliva virgen extra

Vegan cabbage rolls

Picar el puerro y los champiñones. Calentar un poco de aceite en una sartén y pochar el puerro. Añadir los champiñones y las especias, removiendo bien. Incorporar la soja texturizada, mezclando homogéneamente. Añadir las especias y un poco de sal. Regar con vino blanco y salsa de soja, subiendo el fuego para que hierva. Añadir el Marmite, removiendo constantemente hasta tener una mezcla homogénea. Dejar hirviendo para que se vaya evaporando el líquido, durante unos 10 minutos. Escurrir sobre un tamiz o colador fino, presionando bien para que quede lo más seco posible. Reservar.

Poner una olla con agua a calentar; debe ser del diámetro adecuado para poner encima el cesto de bambú. El agua nunca debe tocar el cesto una vez hirviendo. Si no se tiene cesto de bambú, utilizar cualquier otro recipiente apto para cocer al vapor.

Vegan cabbage rolls

Coger una de las hojas, cortando un poco la base para dejarla recta. Cortar el nervio grueso por detrás hasta dejarlo del grosor del resto de la hoja. Tomar una cucharada de relleno y colocarlo en el extremo de la base, presionándolo para que quede compacto. Enrrollar sobre sí mismo hacia arriba. 

Vegan cabbage rolls

Vegan cabbage rolls

Si los extremos quedan demasiado largos, cortarlos un poco. Presionar los extremos y doblarlos, dejándolos debajo. Disponer el rollito sobre el cesto de bambú. Continuar hasta gastar el relleno, sin saturar el espacio de cada cesto. Tapar y colocar sobre la olla de agua hirviendo. Dejar cocer durante unos 10-15 minutos.

Vegan cabbage rolls

- tomate al natural pelado
- 1 hoja grande de laurel
- mezcla de hierbas al gusto (tomillo, romero, perejil, albahaca…)
- sal y azúcar

Aunque las cantidades van a ojo esta salsa no podría ser más sencilla. Yo usé un bote grande de tomate en conserva al natural hecho por mi madre y familiares del campo hace unas semanas; supongo que uno comercial grande irá bien.

Vegan cabbage rolls

En una buena sartén anti adherente ya calentada al fuego, ponemos los tomates directamente del bote, echando la menor cantidad de líquido posible. Con una cuchara o pala de madera los vamos aplastando a medida que se van cocinando y ablandando. Los cocinamos junto al laurel y las hierbas elegidas. Cuando lleven unos pocos minutos, añadimos sal y azúcar al gusto. Con el fuego medio, dejando que borbotee para que el líquido se vaya evaporando, se puede tener una salsita de tomate apañada en poco tiempo. Lo ideal es dejarla a fuego lento más tiempo, pero así sale bien para una urgencia. Cuando haya reducido y perdido casi todo el agua, y el tomate esté totalmente deshecho, estará lista. Retirar el laurel y servir.

Vegan cabbage rolls

Disponer tres o cuatro rollitos por persona en un plato, servir una porción de salsa por encima y acompañar de arroz aromático u otro tipo de grano, como cous cous.

09 octubre, 2010

La gastronomía a través del arte VII

Mañana de sábado, inicio de puente para muchos. El cielo está gris y lleva lloviendo toda la noche. Como de costumbre, me he despertado antes de que comenzara a haber algo de luz solar, aunque está tan cubierto que Madrid sigue en penumbra.
Aprovecho estos momentos de tranquilidad que tengo apara mi misma antes de que comience la actividad diaria y vuelva a llenarse mi cabeza de preocupaciones, ideas y obligaciones varias, para retomar la sección de Arte del blog. 

Hoy traigo el trabajo de uno de los artistas tradicionales suizos más conocidos del país, Albert Ankel (1831-1910). Célebre por retratar la vida cotidiana de los suizos de la segunda mitad del siglo XIX, sus serenas y bellas imágenes se pueden encontrar decorando calendarios, postales, libros de texto, etc. A mi me trae muy bueno recuerdos porque mi padre guarda una colección de láminas de reproducciones de sus obras que ha usado para decorar el salón de la casa del campo, rotándolas periódicamente. En estos días en que estoy nostálgica, no sólo me acuerdo de mi vida en Murcia sino también de Suiza y la familia que tengo más lejos. 
Ya que el Museo de Arte de Berna ha dedicado una exposición especial al pintor de Ins con motivo del centenario de su muerte, aprovecho para dedicarle un rincón de mi blog a su obra.


Quizá debido a la sobrexploración de sus imágenes, la producción de Anker es hoy criticada y rechazada por ser demasiado folclórica, y especialmente por transmitir unos ideales de idílicos que no reponderían a la dura realidad de la difícil vida de la mayoría de la población del siglo XIX. Sin embargo, yo creo que si parecen idílicas, no es por reflejar una supuesta existencia ideal, sino por el transfondo de belleza serenidad que transmiten sus retratos, captando con detalle cada elemento y gesto de sus personajes, pero creando a la vez composiciones sencillas que no buscan la grandilocuencia. 




Kinderfrühstück, el desayuno de los niños.


Die kleine Kartoffelschälerin, la pequeña peladora de patatas.



The Crèche.
05 octubre, 2010

Bizcocho de calabacín integral


Gracias de nuevo por los comentarios del último post! Parece que hay quien tiene algún problemilla para verlo todo bien, espero solucionarlo en los próximos días. Me alegro de que el nuevo look haya sido bien recibido, la verdad es que lo necesitaba :)

Pues ya estoy definitivamente, al menos por una buena temporada, instalada en Madrid. Mejor dicho, terminando de instalarme, pero lo peor ya ha pasado. Quedan los "retoques", pequeñas cosas que supongo se irán redondeando sobre la marcha. Por delante... uf, ya veremos qué me aguarda.

Eso sí, había dos cosas que faltaban para poder llamar al nuevo apartamento verdaderamente "hogar", plantas que dieran alegría y un horno en funcionamiento.
En realidad al aparato no le pasaba nada, pero al ser nuevo tenía truco (muy tonto, lo admito) para ponerlo en marcha. Menos mal que el técnico era majete y se tiró su tiempo explicándome todo y más y dándome consejos de uso. El caso es que ya estoy hornizada, y esta mañana he hecho la primera prueba, que ha salido genial. A ver si os voy enseñando estas primeras cosicas que vaya horneando pronto ^_^

Mientras, otra receta de reserva. Un bizcocho bien sano y lleno de buenos nutrientes, de miga húmeda y aromática. Lo hice para aprovechar un excedente de calabacines y fue un éxito entre todos los que lo probaron, incluso los "anti-verde".

Zucchini sweet bread

- 285 gr de harina
- 160 gr de harina integral
- 1 y 1/2 cucharaditas de levadura
- 1 cucharadita de bicarbonato
- 1 cucharadita de sal
- 1 y ½ cucharaditas de canela
- 1/2 cucharadita de clavo molido
- 2 huevos grandes
- 1 clara de huevo grande
- 300 gr de azúcar
- 2 calabacines medianos
- 2 yogures naturales
- 200 gr de pasas

Precalentar el horno a 170º y engrasar o forrar con papel sulfurizado un molde rectangular.
Lavar los calabacines y rallar usando un rallador de agujero grueso. Yo obtuve unos 475 ml de vegetal, compactando lo rallado en el recipiente donde lo medí.
Tamizar juntos en un recipiente las harinas, la sal, la levadura, el bicarbonato y las especias. En otro cuenco más grande, batir los huevos y las claras con el azúcar hasta que la mezcla quede cremosa y pálida. Añadir el yogur (desechando el posible líquido que a veces tienen en la superficie) y el calabacín, mezclando bien pero con movimientos suaves. Enharinar ligeramente las pasas e incorporarlas a la masa, mezclando hasta obtener una masa homogénea. Repartir en el molde igualando su superficie, cubriéndolo con un poco de azúcar para que deje una corteza dulce crujiente. El molde debería estar casi lleno, así que cuidado al trasladarlo al horno. Hornear sobre rejilla durante 1 hora o 1 hora y 10-20 minutos, hasta que esté bien dorado y al introducir un cuchillo o una brocheta en el centro salga limpio. Esperar unos 20 minutos fuera del horno antes de desmoldar. Dejar enfriar totalmente sobre una rejilla.

03 octubre, 2010

Cambios y cambios

Supongo que ya os habréis dado cuenta (si me estás leyendo a través de un lector de feeds, no, así que, ¡entra a ver de qué hablo! :P): nuevo cambio de look al blog. Tenía ganas de poner una plantilla más o menos diseñada por mi, y me apetecía dar aires nuevos. Puesto que empieza otra etapa en mi vida, necesitaba que mi rinconcito en la red también se renovara, así que he aprovechado un rato libre para trastear. Usando imágenes de libre distribución y aprovechando el nuevo diseñador de Blogger, creo que al final he conseguido algo cercano a lo que tenía en mente. De todas formas, aún me quedan cosas por modificar y probar, así que no os asustéis si en los próximos días veis cosas raras.
Además he añadido un índice de recetas que tenía en pruebas, y pronto pondré alguna sección más que ya iré anunciando. Otra cosa que he decidido es quitar la lista de "Cocinas amigas", porque ya no tiene sentido. Sois tantísimos los blogueros cocineros que intento leer y seguir cada semana que para ser justa debería hacer una lista interminable, así que mejor quitarla directamente. Como yo uso lector de feeds, no sigo a nadie a través de Blogger. Intentaré crear una lista de Google Reader pública para compartirla con todos.

Nada más por hoy, salvo comentar que vengo de despedirme de mi amiga Ana y de conocer a su perrita Tara, una cachorro mestiza que encontró por la calle y a la que ha acogido mientras le busca un hogar (si vives cerca y buscas una perrita juguetona, obediente y cariñosa, ponte en contacto conmigo). Hace un calor terrible y no veo el momento de disfrutar del otoño madrileño. Mañana, de nuevo al tren, y pronto, espero, una nueva rutina.

Gracias por estar ahí!
01 octubre, 2010

Mermelada de tomate con clavo

Escribo otra vez desde Murcia. Resulta que mi primo se casa, hoy viernes por la tarde, así que aproveché que mis padres subieron a Madrid a llevarme mis cosas para volver con ellos y estar aquí para la boda. Me ha venido bien porque así puedo aprovechar estos días para terminar cosas pendientes que me dejé, y revisar bien que no eche luego nada en falta.
Las bodas también son generadoras de estrés. Por suerte no me toca de tan cerca, pero es mi primo-hermano el que se casa, mi madre es su madrina y todos tenemos mucha ilusión y ganas de celebrarlo. Así que toca maquearse un poquito para la ocasión, aunque yo no soy mucho de peluquería, maquillaje, pedicura y esas cosas :P. Iré cargada con mi cámara (no es que haga mucho juego con el vestido, pero qué le vamos a hacer) e intentaré hacer un breve reportaje de la cena para compartirlo con vosotros.

Mientras tanto, os dejo con la mermelada de tomate que hice este verano con el gran excedente de tomates pera que nos regalaron. Nunca la había probado y el resultado ha sido fantástico. Es una mermelada riquísima, de potente color rojo, que va genial tanto con dulce como con salado. Con un poco de queso y un buen pan se disfruta de maravilla.

Tomato marmalade


- 1100 gr de tomates dulces, maduros, pelados
- 800-1000 gr de azúcar, dependiendo del dulzor de los tomates
- 1 sobre de gelificante para confituras (opcional)
- 1 pizca de sal
- 4-5 clavos
- la piel de un limón mediano

Trocear los tomates y disponerlos en una olla con el azúcar, los clavos y el limón, removiendo bien para que quede toda la fruta impreganada. Dejar reposar como mínimo una hora; enseguida el azúcar se disuelve y los tomates sueltan su jugo. Añadir el gelificante y poner al fuego, llevándolo a ebullición a fuego vivo durante cinco minutos, removiendo. Bajar el fuego y dejar cocer a temperatura constante, removiendo de vez en cuando y quitando la espuma el tiempo necesario para adquirir la consistencia deseada. Envasar en botes esterilizados según procedimiento habitual.
Yo obtuve tres botes grandecitos.

tomato marmalade
¡Y felicidades a la pareja!
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